Axel Rivas, durante su conferencia (Captura de pantalla)

Axel Rivas compartió sus consideraciones acerca de Educación en Pandemia: ¿Qué aprendimos? ¿Qué hacer ahora? ¿Qué hacer después?

El experto argentino se refirió a la realidad de América Latina. Las desigualdades socioeconómicas vigentes en América Latina dibujan una realidad variopinta ante los cuales hay que lograr encontrar mecanismos de conectividad. En ese contexto hay que rediseñar nuestra enseñanza, dijo.

Coincidió con casi todos los que le han atendido en la necesidad de repensar el rol de la enseñanza, algo que él ha llamado Pedagogía de la Excepción, que implica diseño didáctico, esto es ahora un componente central de la docencia. La habilidad de interactuar en grupo, es una capacidad muy importante en la presencia. Hoy no es tan importante. En su lugar, es la capacidad de diseño didáctico, el sentido de lo que uno le propone hacer a los alumnos, manifestó Rivas quien es autor de doce libros, entre ellos: Revivir las aulas, Viajes al futuro de la educación y América Latina después de PISA.

Lo exploratorio es necesario en la nueva educación virtual, la aventura de recurrir a la pedagogía más activa, expresó. Actividades que impliquen el hacer, que haya resultados concretos en lo que hizo. Activar más lo lúdico en familia. Actividades que tenga mucha construcción se responden para qué, lo cual exige mayor involucramiento de los estudiantes en su aprendizaje, con más disfrute de lo que hacen, insistió quien ganó el Premio Konex en educación por la década 2006-2016..

Para el pedagogo es necesario el trabajo por proyectos, que lo que hace primero tiene sentido para lo que hace después, como si fuese un video juego, en pasar de un nivel a otro. Es más importante que nunca de involucrar a la familia, por tanto hay que tener capacidad para comunicar a la familia: cada actividad tiene que tener un mensaje (sobre todo de niveles primario e inicial); los padres tienen que saber cual es su lugar en esta actividad. Habló de la Didáctica familiar. Poder contar a otros lo que aprendí. Ese relato es la consolidación del aprendizaje.

Habló de generar nuevas rutinas y procesos de evaluación con retroalimentación. La pandemia es un proceso más largo de lo que pensamos al principio, reconoció. Hay que pasar a las pedagogías basadas en la exploración, pero con la elaboración de buenas rutinas. Construir hábitos, por ejemplo dos cuentos por semana. Como generar un proceso de retroalimentación, evaluaciones sin calificaciones, más importancia adquiere la instancia de evaluación formativa.

Se refirió a una estrategia de trabajo basado en portafolios con entregas que generarán un proceso de acreditación del conocimiento. Construir un clima muy humano, de comprensión con aprendizaje entre pares, y aprendizaje entre pares-docentes.

Según el educador, a estas alturas todos deberíamos estar haciendo las cosas de una manera distinta, diferente, porque todos hemos cambiado, de no ser así hay que revisarse. Nadie hizo teoría antes de la pandemia ni cómo dar clases en medio de ella. Ojalá muchas de esas cosas sigan para el día después.

A los gestores de políticas de educación les recomendó sobre la importancia de garantizar conectividad y equipamiento, es el nuevo derecho a la educación, cómo priorizar a los menos aventajados de la población, dijo el también licenciado en Ciencias de la Comunicación.

Estableció que es muy importante el hardware y el software por tanto es importante la alianza entre países, acceder a recursos educativos disponibles gratuitamente ya. Desarrollo curricular digital. Convertirlos en bienes públicos. Puso como ejemplo el Plan Ceibal de Uruguay. Escuchar a los docentes. E inversión en capacitación en diseños didácticos en estrategias de enseñanza cognitiva, trabajo por proyectos, clínicas de aprendizajes, generar confianza de que determinados modelos de inversión en educación valen la pena, etc.

El doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires manifestó finalmente acerca de las evaluaciones que es mucho mejor pensar en promociones cicladas (por ejemplo, cada dos años) donde todo lo que el estudiante hizo es válido, por lo tanto habló de que hay que construir un nuevo contrato pedagógico y curricular.

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