Leopoldo Maler, presidente del jurado leyó los resultados del certamen de la Bienal (Foto servida)

Ha tenido que pasar mucha lluvia y mucha paciencia, soportando la ineficiencia y la torpeza por no decir el odio, de funcionarios culturales pasados, que dejaron de hacer la Bienal Nacional de Artes Visuales, para contra viento y marea, luces y sombras, llegar a esta salvada del olvido 29 Bienal, que siendo justos habrá siempre que aplaudirle a Carmen Heredia.

La cuestión es que al fin el Ministerio de Cultura dio a conocer las obras ganadoras de la 29.ª Bienal Nacional de Artes Visuales 2021 en un acto celebrado en la explanada frontal del Museo de Arte Moderno (MAM).

El jurado presidido por Leopoldo Maler e integrado por Paula Gómez y Omar Rancier dictaminó  tras analizar las 286 obras escogidas por el jurado seleccionador de 686 que concursaron. El jurado seleccionador estuvo integrado a su vez por los dominicanos Amable Sterling crítico de arte y curador, y el poeta y ensayista Plinio Chahín, así como por la puertorriqueña Irene Esteves, decidió otorgar el Gran Premio de la 29.ª Bienal Nacional de Artes Visuales a Aniova Prandy, por “The sugar Maafa”

También recibieron premios: Carlos Despradel, “Crónica de una historia mal contada”; Juan Carlos Guzmán, “Valle”; Guadalupe Casasnovas, “Escuadra”; Leonardo Durán, “Yó, Adán” (políptico); Dustin Muñoz, “Retrato Alegórico de la injusticia”; Mari Carmen Orizondo, (María del Carmen Orizondo) “Un mar sin riberas” (Políptico 19); Juan Grisanty, “Verano caliente”; Elvin Díaz, “Entre túneles y abismos”; y Nathalie Landestoy, por “Papel al desnudo”.

Las menciones recayeron en Cromcin Domínguez por “Palo E´ lu”; Ricardo Arsenio Toribio, “Memoria de la semana Mayor”; Ottmar Suero Javier, “La marcha de los perros ángeles”; Genaro Reyes (Cayuco) por “Náufrago de nacimiento” y Johnny Bonnelly, por “El buzo que aprendió a volar” (Tony Capellán Inmemoriam)”.

La mesa principal contó además de con Heredia, con Gamal Michelén, viceministro de Patrimonio Cultural; Federico Fondeur, director del Museo de Arte Moderno, así como por Leopoldo Maler y Marianne de Tolentino, en representación del jurado de premiación y del comité organizador, respectivamente.

Federico Fondeur manifestó su gratitud: “La Bienal es la vitrina más importante de nuestras artes visuales, con casi 80 años de antigüedad, y debe ser preservada como institución, evitando, en lo posible, su interrupción en el futuro”.

La ministra de Cultura, Carmen Heredia de Guerrero, destacó que “la Bienal Nacional de Artes Visuales es un hecho, pero, más que eso, es un derecho que ha sido devuelto al pueblo dominicano, que ahora puede disfrutar del talento que hay detrás de todas estas maravillosas creaciones que se exhiben en este Museo de Arte Moderno”.

Aniova Prady recibe el diploma del Gran Premio de la Bienal de manos de Carmen Heredia, acompañada de Gamal Michelén y Federico Fondeur (Fotos servidas)

La presente edición de la Bienal Nacional de Artes Visuales rinde homenaje al artista plástico Orlando Menicucci. Concursaron obras de las siguientes categorías: pintura, escultura, dibujo, fotografía, obras gráficas, cerámica, instalación, acción plástica y vídeo arte.

Inauguran exposición de José García Cordero

García Cordero en una foto de archivo de la Galería LyLe O. Reitzel a cuyo catálogo pertenece (Fuente externa)

De manera simultánea, según una nota de prensa, quedó inaugurada en el museo la exposición “Ópera Nera”, del reconocido maestro dominicano José García Cordero, quien es, a su vez, el invitado de honor de la 29.ª Bienal Nacional de Artes Visuales.

La muestra es una exposición conjunta del Museo de Arte Moderno y la Galería de Arte Contemporáneo Lyle O. Reitzel, y está conformada por un conjunto de 16 obras del período 2001-2020, realizadas en acrílico sobre lino, en las que se revela una historia sociopolítica dominicana pocas veces abordada en imágenes.

La ironía como herramienta de batalla y un doble sentido transgresor, que caracterizan el humor negro de “Chichí” Cordero, forman parte de su lenguaje irreverente, en un universo plástico monocromático, donde el blanco y negro, la luz y la sombra, son ejecutados de una manera perturbadora, concluye la nota.

Esperamos tu comentario

Deja un comentario