Seguramente, cuando todo este terminado, se reconocerá que valió la pena la espera. Y ojalá no sea como la historia de la reconstrucción del Palacio de Bellas Artes, que hoy luce desde el parqueo soterrado a la escalinata, en estado deplorable, debido a la falta de mantenimiento. Según fuentes de la reconstrucción, los ingenieros de la OISOE se han tomado el tiempo necesario para poder entregar los museos de la Plaza de la Cultura como se merecen, «porque tras cuarenta años sin remozarse, era lógico que a medida que avanzaban salieran nuevos problemas, lo importante es que la planta física de los museos va a quedar en excelentes condiciones para que duren muchos años más», dijo una fuente que requirió el anonimato a Nota Clave.
La historia comenzó con la visita que realizó el presidente saliente Danilo Medina a la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte el 5 de julio del 2017, hay quienes piensan que tal vez mal asesorado por el entonces ministro de Cultura Pablo Vergés -interesado en borrar todo lo de su predecesor-, otros dicen que fue a visitar a Miguel Decamps, director del Museo de Historia y Geografía.
Ahí anunció que el gobierno asumiría la remodelación de los museos del lugar, aún cuando existían mejores opciones, como por ejemplo el fideicomiso que había logrado el anterior ministro con el Banreservas, para la remodelación de todos los museos que se iba a ir pagando con las entradas a los mismos de los turistas, para lo cual había sido creada la Cuenta Satélite del Banco Central.
Sobre el mobiliario
La intervención de los museos de la plaza incluye, obviamente, la modernización de la museología. Y esa modernización incluye, como se debe imaginar el lector, el mobiliario. ¡Ojalá que también incluya la necesaria tecnología digital que tienen hoy los museos!
Las instituciones intervenidas (imagino que se hayan terminado) han sido el Museo del Hombre Dominicano, el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional de Historia y Geografía (algo que realmente es algo redundante y que sería recomendar juntar al del Hombre Dominicano, bajo una sola sombrilla: Museo de la República Dominicana) y la Cinemateca Dominicana, la cual se obvia en todas las notas, incluida la última del Ministerio de Cultura.
Con ese fardo de continuidad cargó el ahora ministro saliente Eduardo Selman, al reemplazar a quien más daño ha hecho al sector cultural en su historia, según la unanimidad casi norcoreana de los artistas, gerentes y promotores culturales.
El 15 de agosto del 2019 Selman visitó las obras. Aseguró que se inaugurarían el 17 de diciembre del 2019, junto con la inauguración de la Bienal de Artes Visuales. La inversión en ese momento era de 600 millones para el remozamiento de los museos y Cinemateca Dominicana. A esos 600 millones hay que agregar los 268 millones del mobiliario especializado que llevan estos museos. Pero, no ha habido Bienal, aunque se ha trabajado para ello, sobre todo debido a que las fechas han volado. La más reciente fecha era marzo, pero llegó la pandemia. Por tanto, ni Bienal, ni museos. Aunque alguien aseguró que en medio de la pandemia se había estado trabajando diariamente en ellos.
Según la misma fuente inicial, lo que quedan son detalles. Ahora lo que se espera es la llegada del mobiliario. Y montar un museo o una Bienal no es cosa que se haga en un mes y seis días que le quedan al gobierno de Danilo Medina.
Una aclaración de Cultura
El Ministerio de Cultura ha salido al paso a personas que en las redes han vertido opiniones sobre ese proceso. O como dice la nota: «pretender desmeritar la reputación de personas que han forjado una vida pública diáfana y transparente, como es el caso del arquitecto Eduardo Selman y quienes lo acompañan en su gestión».
Según una nota de prensa enviada a los medios, la remodelación de estos sitios requería que se interviniera, primero, su infraestructura y su entorno, asegurando un trabajo de ingeniería que garantizara la prolongación de la vida útil de esos tres museos. El segundo renglón, es el del mobiliario requerido para cada uno de esos centros. Por eso, desde un principio se previó que ese mobiliario debía llenar determinados requisitos: preservar y ofrecer la mejor exposición de los objetos históricos, y además, responder a los estándares de modernidad que deben reunir los museos en el mundo.
La nota explica que el Ministerio de Cultura tomó los aprestos de lugar, para establecer todos los requerimientos que conllevan los indicados remozamientos, entre los cuales están las vitrinas de exhibición para los Museos del Hombre Dominicano, Museo del Arte Moderno e Historia y Geografía. Dichas vitrinas deben cumplir con características técnicas particulares, que eviten daños por polvo y humedad. Razón por la cual en el mismo año 2018, el ministro Selman realizó una visita a la fábrica de vitrinas Goppion, acompañado de la directora General de Museos, Ana María Conde, y el director del Museo del Hombre, Cristian Martínez, a los fines de precisar las características propias que debían cumplir dichas vitrinas.
El proceso de adquisición de las vitrinas de Goppion, fue realizado a través de un Proceso de Excepción por exclusividad, contenida en el proceso No. Cultura-CCC-PEEX-2020-0002. El mismo, se encuentra en etapa de publicación durante los próximos cinco (05) días, aclara la nota.
Dicha exclusividad, responde a que la fábrica de Goppion con sede en Milán, es la única en el mundo que realiza este tipo de vitrinas que, a su vez contienen una serie de especificaciones como son: el aislamiento de la humedad, la conservación de las piezas culturales que residen en los museos, control del flujo de oxígeno y una transparencia de los cristales que bordea el objeto, permitiendo de este modo una mejor apreciación de cada pieza.
Dice la nota que «tal y como establece la Ley No. 340-06 sobre Compras y Contrataciones Públicas, en el párrafo 3 de su articulado 6, claramente reconoce la excepción que existe por exclusividad. Toda vez que el bien o servicio puede ser suplido por una determinada persona física o jurídica», lo cual significa que la adquisición del mobiliario con esos perfiles requería que con tiempo suficiente el Gobierno realizara los trámites para asegurar que el mismo estuviera disponible al final de los trabajos de ingeniería, que estuvieron previsto para el año 2019.
Según la información, a raíz de esa visita a Italia, la cotización sometida por la empresa suplidora, el 28 de febrero del 2019, ascendía a US$5 390 279; luego, el 6 de junio del 2019, se redujo a US$4 621 094 y al 28 de agosto del mismo año, a US$3 975 135, para finalmente terminar la negociación en un monto de US$3 443 849, que equivale en moneda nacional a RD$ 268 206 963.65, incluidos los impuestos.
La nota asegura que esta operación fue autorizada en el años 2018, avalada por la ley No.243-17 y por el decreto 15-17 del 8 de febrero del 2017. En toda esta etapa de negociación el presidente Danilo Medina se mantuvo enterado cuyos resultados fueron aprobados también por él, agrega.
Reiteramos que en esta y otras operaciones financieras realizadas en su gestión de dos años, el ministro Eduardo Selman, siempre ha estado dispuesto a rendir cuentas de sus acciones, por ser parte de su práctica transparente en el ejercicio de las funciones públicas que le han sido asignadas, manifiesta la nota enviada por el Ministerio de Cultura, y lamenta que que haya personas que aprovechando la coyuntura que vive la nación, hagan uso de las redes sociales y otros medios «con el deliberado propósito de agenciarse notoriedad apelando al recurso de pretender demeritar la reputación de personas que han forjado una vida pública diáfana y transparente, como es el caso del arquitecto Eduardo Selman», concluye.
Puede que las habladurías se deban a la falta de comunicación por parte del Ministerio de Cultura, al no exponer de manera asidua del que ha sido su obra física más importante en más de dos años. Hubiese sido distinto si cada mes se hubiese informado de la marcha de las obras, si se supiera de antemano el precio del mobiliario, su compra, que no podía ser en Ikea ni hecha por ningún carpintero o fábrica de muebles dominicana. Se trata de un mobiliario especializado. Mientras más transparencia hay, menos espacio queda para la habladuría.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).