MIAMI. El abuso sexual causa grandes estragos en las víctimas, mucho más si estas son menores de edad. Este abuso es considerado un crimen porque influye negativamente y para siempre en la calidad de vida de las víctimas.
El abuso sexual afecta a las víctimas en todas las facetas de su existencia; su sexualidad, su relación de pareja, trabajo y desarrollo emocional. Al cometer el abuso, se violan las fronteras psicológicas y físicas que todo ser humano tiene y se destruye la confianza en sí mismo y en los demás. Mucho más si quien abusa es una figura que debe proteger al niño. Esto origina inseguridad y depresión en los niños abusados y puede tener varias consecuencias como el alcoholismo, trastornos en la personalidad, incapacidad de confiar en los demás, miedo a la intimidad, etc.
Entre las figuras protectoras se encuentran los padres, los tíos, los maestros y aún más el sacerdote, a quien los niños y muchos padres ven como un ser especial que representa a Dios en la tierra. Aún más terrible es que el niño siempre cree que tiene la culpa de lo que pasa, está seguro que él lo provoca y esto lo llena de miedos y lo conduce a no comunicar lo que pasa a sus padres. Es por esto que el abuso perdura y daña cada vez más profundamente a ese ser humano. Muchos abusadores de menores los amenazan hasta con matar a sus padres si denuncian el abuso.
Es responsabilidad de la sociedad y por ende, cada uno de sus miembros, de cuidar a sus niños. La Iglesia, los medios de comunicación y cada uno de nosotros debe actuar al enterarse de un abuso sexual. De no hacerlo, nos convertimos en cómplices.
Toca meditar una vez más sobre la inmensa responsabilidad que tenemos sobre nuestros hombros quienes podemos llegar a millones de personas, quienes escribimos en un periódico, salimos en un programa de televisión o simple y llanamente somos famosos y por ende, incidimos fuertemente en nuestros fans. Y ni qué decir de los periodistas y comunicadores que «se venden» al mejor postor para distorsionar y ocultar esas noticias, escribiendo mentiras y callando verdades, entre muchas cosas más. Me pregunto si esas personas podrán dormir en paz. Al hacer esto, somos responsables del caos que hay en el mundo y realmente no hacemos nada para que nuestros hijos se sientan orgullosos de nosotros. En otras palabras, no dejamos ningún legado, pasamos por el mundo SIN PASAR.
Hay una necesidad urgente de hablar y educar sobre el tema para darle a los niños herramientas para defenderse y decir NO a cualquier toque indebido que le haga un adulto.
Recuerde:
No obligue a un niño a besar un adulto.
Fomente la comunicación con su hijo, jamás el miedo (ojo a los padres que pegan)
Aprenda qué hacer si su hijo es víctima de abuso sexual.
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.