GINEBRA, SUIZA. El volumen 258 de la revista científica Nature, del recientemente finalizado año 2018, da cuenta que investigadores suizos han identificado el circuito cerebral de la adicción a las drogas, que es el que controla este comportamiento compulsivo.
La región del cerebro que se extiende desde la corteza orbitofrontal (relacionada con la toma de decisiones), hasta el cuerpo estriado (implicado en el sistema de recompensa,) constituyen el conjunto de mecanismos neuronales que asocia ciertas experiencias con una sensación de placer, y por tanto diríamos que es donde de manera exacta se desarrolla el mecanismo de la adicción.
Los investigadores establecieron, según la publicación, que activando o desactivando a voluntad este circuito cerebral, es posible estimular o detener este comportamiento compulsivo.
Científicos de la Universidad de Ginebra observaron, mediante experimentos con ratones de laboratorio genéticamente idénticos, diferencias significativas en los cerebros de los roedores en función de si eran dependientes o eran adictos.
Según se ha establecido, la adicción es una enfermedad que evoluciona en etapas: primero está la exposición a la sustancia, luego el consumo controlado, finalmente el consumo compulsivo, que es el que empuja a la persona a tomar una sustancia adictiva a pesar de muchos efectos negativos en su vida (sufrimiento personal y familiar, deudas, aislamiento social, prisión, etc.). Uno de cada cinco personas pasa del uso controlado al uso compulsivo.
Los investigadores recalcan en su investigación la importancia de diferenciar dependencia de adicción, dos conceptos que comúnmente se confunden, pero que realmente son diferentes: mientras que la dependencia es considerada como un patrón habitual de conducta, la adicción es una enfermedad crónica que impide a una persona dejar de consumir una sustancia, a pesar de las consecuencias negativas que tiene sobre su salud física o mental.
Christian Lüscher, miembro del equipo de investigadores liderado por Vincent Pascoli, expresó que «Hoy en día, todavía no sabíamos por qué una persona se vuelve adicta a las drogas mientras que otra no, pero gracias a este estudio, sabemos cuáles son las diferencias en la función cerebral entre estas dos categorías».
“La dependencia no conduce necesariamente a la adicción, a la necesidad compulsiva de consumir. Por ejemplo, todos se vuelven dependientes a la heroína desde las primeras inyecciones, pero no todos la consumen de manera compulsiva», añadió
Experimento
Los investigadores quisieron determinar qué es lo que pasa en el cerebro de alguien que pasa de la dependencia a la adicción y entra en un bucle psicológico que le impide escapar del consumo compulsivo.
Descubrieron que en el caso de los consumidores adictos, el circuito cerebral que conecta el área de toma de decisiones con el sistema de recompensas se fortalece, y que, al disminuir la actividad de este circuito, los ratones compulsivos lograron controlarse y, a la inversa, al estimularlo, volvían a ser adictos.
El descubrimiento se produjo con un experimento donde permitieron a los ratones estimular a voluntad su sistema cerebral de recompensa, que se activa por el uso de drogas y causa placer. Así consiguieron que los ratones recurrieran a este recurso ocasionalmente, lo que equivale al consumo controlado de drogas.
En otro momento del experimento, aplicaron una ligera descarga eléctrica a los ratones cuando activaban el sistema de recompensa, para observar qué pasaba. Esta situación sería el equivalente de la adicción: se trataba de ver si los ratones seguían estimulando el sistema de recompensa o desistían al ver el efecto negativo (la descarga eléctrica). El resultado fue que el 40 % de las ratones dejó de activar el sistema de recompensa y el 60 % continuó obteniendo placer, a pesar de la descarga eléctrica que le suponía.
Circuito activado
Los investigadores descubrieron que el circuito cerebral de la adicción estaba mucho más activo en los ratones que seguían estimulando el sistema de recompensa, a pesar de la descarga eléctrica que recibían. Y para confirmarlo aumentaron artificialmente la actividad neuronal de estas regiones cerebrales en los ratones que habían renunciado a seguir activando el sistema de recompensa, y descubrieron que a continuación pasaban a ser adictos. Por el contrario cuando disminuyeron artificialmente la actividad neuronal en el circuito cerebral, los ratones adictos dejaron de estimular el sistema de recompensa.
Como todos los ratones estudiados en este experimento son genéticamente idénticos, los investigadores se preguntan qué marca la diferencia en la actividad cerebral de este circuito entre ratones que controlan el consumo de placer y los que sucumben a la adicción. Para ello se manejan hipótesis, como las contribuciones epigenéticas basadas en las experiencias de vida que hacen que cada ser vivo sea único e influya en el funcionamiento de sus genes y cerebro.
Ya que se conoce el circuito que causa la adicción, los científicos suizos de la Universidad de Ginebra se han propuesto investigar qué causa la interrupción de este circuito que impide la adicción.
Referencia:
Stochastic synaptic plasticity underlying compulsion in a model of addiction. Vincent Pascoli et al. Nature, volume 564, pages366–371 (2018). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-018-0789-4
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