Las autoridades de Arizona detuvieron este sábado en Arizona, a uno de los más estrafalarios participantes del asalto contra el Capitolio de Estados Unidos, cuyo nombres es Jake Angeli, quien es líder del grupúsculo QAnon, quien irrumpió en el Congreso con la cara pintada, el pecho descubierto y tocado con pieles de bisonte y un casco con cuernos de vikingo.
Jake Angeli que tal y como publicó Nota Clave había sido rápidamente identificado en las redes sociales como El Chaman de QAnon, defiende la existencia de una conspiración mundial para encubrir una red de tráfico sexual de menores al servicio de los demócratas.
Antes de ser detenido, Jacob Anthony Chansley, que ese es su nombre real, había dado una entrevista al portal Vice en la que asegura que no se arrepiente de nada y no está preocupado por las consecuencias de sus actos. Asegura que fue él quien contactó al FBI. «Estoy muy orgulloso de mi participación», sostiene. «Creo que fui un observador de la historia conforme ocurría delante de mis ojos».
Jake Angeli está acusado de entrar ilegalmente a un edificio oficial, comportamiento violento y desórdenes, según ha informado la fiscalía del Distrito de Columbia. Alrededor de 50 individuos han sido detenidos en los últimos días en varios puntos del país. Entre los detenidos, destacan dos de los vándalos que arrasaron las dependencias de la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi.
En las fotos durante el asalto los dos hombres lucían barba. El cambio de imagen no impidió que el FBI identificara como sospechosos a Richard Barnett, el hombre natural de Arkansas que posó sonriente para varios fotógrafos con los pies encima del escritorio de Pelosi; así como a Adam Johnson, residente en Florida sospechoso de ser el individuo que aparece en diferentes fotos llevándose el atril de la demócrata, quien además lo estaba vendiendo en eBay.
En el 2019 el propio presidente Donald Trump que defienden, aprobó una ley que castiga con hasta 10 años de prisión por la destrucción de propiedades federales, raíz de la destrucción de estatuas en varias ciudades del país castiga con hasta 10 años de cárcel la destrucción de propiedades federales. Las autoridades investigan ahora el destino de material sustraído del Capitolio, desde equipos informáticos a mobiliario o el letrero de la oficina de Pelosi. Aunque pueden tener prisa por deshacerse de él, al mismo tiempo, ahora es material histórico y podrían querer sacarle provecho en el mercado negro.
El FBI ha presentado cargos contra unas 50 personas por su supuesta participación en los hechos. “Aunque te hayas ido de Washington, todavía puedes esperarte que llamemos a tu puerta si descubrimos que participaste en actividades criminales en el Capitolio”, ha advertido Steven D’Antuono, miembro de la oficina local del FBI.
Aaron Mostofsky, uno de los vándalos identificados en el asalto el miércoles al Capitolio de EE.UU., es hijo de un juez de la Corte Suprema de Brooklyn (NYC).
Mostofsky fue visto en el edificio del Congreso portando un disfraz de piel y un escudo antidisturbios de la policía. Luego declaró a New York Post que había ido a protestar por una “elección robada”.
“Nos engañaron. No creo que 75 millones de personas votaron por Trump; creo que estuvo cerca de los 85 millones. Creo que ciertos estados que han sido rojos (Republicanos) durante mucho tiempo se volvieron azules (Demócratas) y fueron robados, como Nueva York”.
Su padre, Shlomo Mostofsky, es una figura prominente de la comunidad judía ortodoxa, elegido para la corte en enero pasado, detalló Gothamist. Irónicamente, entre los invasores al menos uno mostraba mensajes nazis anti semitas.
Nachman Mostofsky hermano del asaltante le dijo a la prensa: “Mi hermano no hizo nada ilegal… Definitivamente no fue parte de los disturbios”.
Aún se desconoce si Donald Trump podrá terminar su mandato. Nancy Pelosi ha pedido quitarlo de la presidencia y poner a buen resguardo el botón nuclear.
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