MIAMI. Recientemente, un cantante de un famoso grupo musical afirmó que era homosexual. Esto provocó que varios periodistas me preguntaran insistentemente mi opinión sobre este “grave problema”, ya que muchos niños y adolescentes eran fanáticos del grupo y por ende del cantante. Se angustiaban porque eran modelos que sus hijos copiaban y estaban seriamente intranquilos sobre cómo esto podría afectar la sexualidad de sus hijos y su salud mental.
Nuestra homofobia y el seguir viendo el sexo como algo “malo y pecaminoso” nos sigue nublando la mente y perdemos así de vista cosas mucho más importantes, que sí están afectando profundamente a nuestros pequeños y por ende, al futuro de esta sociedad.
Es noticia de primera plana que nuestros hijos admiren a un cantante gay, que tenga una pareja gay, pero no es una noticia importante que la agresividad nos arropa por todos lados. Pareciera que a los medios de comunicación y la industria de juguetes solo les preocupara destilar agresividad a un nivel que raya en lo inhumano. Cada día, nuestros hijos ven tanta agresividad que, según varios estudios, comienzan a “inmunizarse contra ella” y así ven estos actos y escenas como algo normal.
Se ha demostrado científicamente que la agresividad se aprende. No se aprende a ser homosexual, la homosexualidad no es un virus que usted puede adquirir o una elección que usted pueda hacer libremente.
Como experta en conducta humana y sexualidad, sé que solo un niño con problemas de aprendizaje o atención no captaría el amaneramiento del joven cantante. Eso me recordó a mi sobrino Gerard, cuando siendo muy pequeño vio a un hombre amanerado y me preguntó: ‘tía, ¿viste a ese hombre-mujer?’. Los niños perciben el lenguaje no verbal muy rápidamente, mucho más que nosotros los adultos. De nada sirve que les mintamos, ellos lo captan TODO. Es preferible hablar en libertad y sinceramente, de acuerdo a cada edad, sobre estos temas. Este joven no es simplemente un homosexual, su amaneramiento me habla de problemas en su identificación sexual, además de tener una orientación sexual distinta. Ambas son cosas separadas, aunque pueden influirse mutuamente.
Preocupante es la injusticia social y la sociedad consumista e inhumana en la que están creciendo nuestros hijos. Un cantante homosexual no es un problema, una pareja gay tampoco lo es. Esto es una realidad con la que nuestros hijos tienen que vivir y deben comprender con humanidad. Todo lo demás es una vergüenza que NOSOTROS los adultos creamos, permitimos y a su vez ignoramos. Claro, nada de eso tiene que ver con sexo, ¡pero sí con educación sexual!
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.