Mucho se ha hablado acerca de la cantidad de oro que habría escondido el Almirante Alexander Kolchak, riqueza que pertenecía al Imperio Ruso. Hay quienes incluso afirman que ese oro, o al menos buena parte de él fue enviado a Japón y que allí se encuentra todavía. otros dieron por cierto y santo un tesoro encontrado a 400 metros de profundidad en el lago Baikal de Rusia, y dieron por hecho que se trataba del oro de Kolchak.
La figura del almirante y su importancia en la historia rusa fue minimizada, ridiculizada y prácticamente borrada de los libros de texto de Historia Rusa. Quienes estudiaron Historia y Ciencias Sociales en los años 70 y 80 del pasado siglo en la Unión Soviética, bien lo saben. La historia la escriben los que ganan la guerra. La historia la escribieron historiadores al servicio del régimen soviético.
Sin embargo la vida da unas vueltas impensables de un día para otro. Y el tiempo se encarga de poner las cosas en su sitio. Intelectuales como Alexander Solzhenitzin se encargaron de escribir la historia desde la acera de enfrente. La otra cara de la moneda. La otra campana. Después de la desaparición de la Unión Soviética, la figura del almirante fue reivindicada de manera objetiva en toda su dimensión.
¿Quién fue Kolchak?
Alexander Vasilievich Kolchak fue un marino, militar y explorador del Ártico ruso, caudillo del movimiento antibolchevique conocido como el Movimiento Blanco durante la guerra civil rusa, que dirigió en Siberia un Gobierno opuesto al Gobierno de Lenin desde noviembre de 1918 a febrero de 1920.
Para mayor dolor de los bolcheviques existió desde antes de la Revolución de Octubre incluso, dentro del mar ruso, una isla de 21 kilómetros de largo y 6.5 kilometros de ancho promedio, que llevaba como nombre Isla Kolchak. A partir de 1937, el Gobierno Soviético renombró la isla en memoria de Stepan Rastorguyev a pesar de que ya había una isla con el mismo nombre. No obstante, recuperó su nombre original en 2005 para evitar confusiones.
A grosso modo, debido a la Revolución de Octubre y la firma del tratado de paz con Alemania, Kolchak aceptó convertirse en ministro de Guerra del Gobierno ruso antibolchevique con sede en Omsk. En noviembre de 1918, los social-revolucionarios fueron expulsados del gobierno antibolchevique de Omsk en un golpe de Estado y Kolchak fue elegido «Gobernante Supremo» de Rusia.
Al principio tuvo relevantes éxitos militares, pero en realidad estaba mal apoyado por sus aliados, con un mando militar mal coordinado y en ocasiones insubordinado, una administración ineficaz, corrupta y percibida como reaccionaria, tensas relaciones con la Legión Checoslovaca y los atamanes cosacos, todo lo que conllevó a perder el apoyo de la población local, cada vez más rebelde, y de parte de sus propias tropas durante la durísima evacuación del invierno de 1919 a través de Siberia.
A finales de ese año, los restos de su ejército y cientos de miles de civiles se retiraron en desorden para escapar de la ofensiva bolchevique que tomó Omsk en noviembre. Atrapado en el ferrocarril en la retirada y acosado por revueltas, levantamientos y el abandono de los checoslovacos que controlaban el tren Transiberiano, Kolchak fue arrestado por estos y entregado en Irkutsk a los rebeldes que se habían levantado contra Kolchak, los cuales a su vez cometieron la gravísima traición de entregarlo a los bolcheviques.
A su regreso a Londres el general Alfred Knox, quien desde 1911 se desempeñaba como Attaché Militar del Reino Unido, y que durante la Guerra Civil Rusa, fue el jefe de la Misión Británica (Britmis) y Chef d’Arrière del Ejército Blanco en Siberia bajo el almirante Kolchak, escribió al Ministerio de Defensa la siguiente valoración: «El Almirante Kolchak era sin duda honesto y profundamente patriótico. Sabía mandar y se había ganado la reputación de caudillo al mando de la Flota del Mar Negro. En política sus ideas eran progresistas y estaba verdaderamente preocupado por mejorar las condiciones de vida de los campesinos, que creía acabarían por ser la clase dominante en Rusia. Todos los ingleses que le trataron quedaron impresionados por su sinceridad y decisión; sintieron que era el mejor hombre de Siberia y que merecía su apoyo».
La cita se encuentra en el libro Civil war in Siberia: the anti-Bolshevik government of Admiral Kolchak, 1918-1920, de Johnathan D. Smele. Cambridge University Press. p. 759 donde agrega: «Toda la responsabilidad por el fracaso en Siberia no debe recaer en el almirante Kolchak. Es cierto que su carácter tenía rasgos que cuadraban mal con su cargo de Gobernante Supremo. Aunque obstinado, le faltaba la verdadera fuerza de carácter y caía con facilidad bajo la influencia de cualquier individuo que estuviese continuamente en su compañía. Era demasiado benévolo y permitió que la maquinaria militar se viese afectada seriamente por las continuas disputas y celos de sus subordinados en vez de imponer mediante duras medidas que trabajasen de forma honesta y patriótica. Desperdició su tiempo en dirigir operaciones militares de las que no sabía nada mientras desatendía la administración civil de la retaguardia. Además era un diplomático deficiente y, siendo de carácter tímido, perdió la lealtad de la población civil apareciendo rara vez en público».
Preso Kolchak e interrogado por las autoridades bolcheviques de la ciudad de Irkutsk, cerca de la cual se encontraban tropas fieles a su persona y por el temor de que fuese rescatado, decidieron fusilarlo el 7 de febrero de 1920, según los autores españoles Carlos Canales y Miguel del Rey, en su libro Tormenta Roja: La Revolución Rusa, 1917-1922 (Editorial Edaf, Madrid, 2017). La orden la dio el presidente del Comité Militar Revolucionario del 5to Ejército Smirnov, , a pesar de las instrucciones de Vladimir Illich Lenin, de capturar vivo a Kolchak para ser enjuiciado en Moscú. Su cuerpo fue lanzado al rio Ushakovka a través de un hueco en el hielo.
Considerado un enemigo del pueblo, totalmente ninguneado como explorador del Ártico por los historiadores y periodistas soviéticos, su figura fue objeto de rehabilitación en la Rusia postsoviética. Incluso se filmó una exitosa película: El Almirante (2008). En noviembre de 2016, en la casa de San Petersburgo donde residió Kolchak entre 1906 y 1912, se cololó una placa conmemorativa.
(Trailer del filme ruso El Almirante)
La colección parte de la memoria histórica del pueblo ruso
Una importante colección de manuscritos de Alexander Kolchak que arrojan luz acerca de la historia, entre ellos una Proclamación escrita a mano de 1918 de su Gobierno Provisional de toda Rusia que declara la intención de llevar a ‘Rusia reunida y renacida al círculo de las grandes democracias del mundo’, así como imágenes de sí mismo y de su familia, y cartas privadas a su esposa e hijo Rostislav, escritas principalmente en 1919, se guardaron durante más de 90 años dentro de la bóveda de un banco extranjero.
«Nadie sabía sobre la colección, o más bien algunos familiares cercanos sabían que existía, pero no se dieron cuenta de lo que significaba», dijo Anastasia Birr, una especialista en archivos rusos con sede en París a la que se le pidió ver los archivos en la primavera de 2019. La afirmación se encuentra en una edición reciente del periódico ruso The Siberian Times.
Un grupo de multimillonarios rusos gastó más de 3 millones de euros en una subasta francesa para comprar documentos históricos del hombre que intentó, y no logró, detener a los bolcheviques, afirma el periódico.
Las primeras menciones del archivo privado de Kolchak comenzaron a aparecer entre los expertos rusos y extranjeros en marzo de 2019 después de que su nieto y homónimo Alexander Kolchak falleciera en Francia a los 85 años. A los pocos meses de la muerte de Alexander, sus tres hijos decidieron subastar los 391 documentos que pertenecían al hombre una vez conocido como «el gobernante supremo de Rusia», la colección que reabrió las páginas de algunos de los momentos más sangrientos y turbulentos de la historia rusa.
Uno de los elementos es la carta escrita a máquina de Kolchak en inglés que salvó la vida de su esposa e hijo.
Lo envió desde Omsk a Sebastopol donde Sofiya Kolchak se quedó con el hijo de la pareja, Rostislav, instándolos a abandonar Rusia con la ayuda del dinero que transfirió al Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido en Londres.
‘Estoy bien de salud. Han asumido el liderazgo temporal de los ejércitos rusos que luchan contra los bolcheviques en Siberia y el este de Rusia «, dice la carta.
«En vista de mi posición y actividades actuales, considero que su estadía en Rusia es peligrosa y, por lo tanto, solicito al Gobierno británico que organice su partida junto con mi (s) hijo (s) a Inglaterra o Francia».
En sus últimas cartas se dirigió a su esposa como «Querida Sonichka» y habló de estar en el corazón de «la lucha más cruel y feroz», así como de su soledad mientras continuaba luchando contra el Ejército Rojo.
‘Todo pasará y la maldita mancha del bolchevismo será borrada como la tierra de la tierra rusa. Para esto senté una buena base, y decenas de miles de traidores nunca se levantarán «, escribió el 16 de septiembre de 1919, meses antes de que los bolcheviques le dispararan en Irkutsk.
A pesar de su floreciente romance con Anna Timireva, de 25 años, quien fue arrestada y encarcelada con Kolchak en Irkutsk, el hombre que luego controlaba la mayor parte de Rusia le escribió a su esposa sobre su soledad dentro de la mansión Omsk que se convirtió en la sede de los Blancos.
«A menudo tengo que trabajar solo por las noches, así que conseguí un gatito que ya está acostumbrado a dormir en mi escritorio y que comparte mi soledad nocturna», escribió en una de las últimas cartas el 20 de octubre de 1919.
Una de las fotografías del archivo es la única imagen infantil existente y nunca antes vista del Almirante Kolchak, de seis años.
Las cartas de archivo parecen disipar las especulaciones sobre Alexander Kolchak, quien formó parte de la misión militar inglesa en agosto de 1917, siendo espía inglés, que durante años fue visto por muchos como un hecho, según un experto ruso.
«Las cartas que le escribió a su esposa explican el mito de que era un espía inglés», dijo Victor Moskvin, director de la Casa de Rusia en el Extranjero.
«Da una explicación clara de por qué decidió ingresar al servicio británico. Su motivo principal era seguir luchando contra Alemania, ya que era un verdadero patriota de Rusia con todos los pensamientos solo sobre Rusia. Luego comenzaron los acontecimientos en Rusia que lo llamaron a llevar a cabo otra misión de liberar a Rusia de los bolcheviques que intentó completar «, manifestó.
La decisión de vender la colección fue tomada por los descendientes de su nieto Rostislav a toda prisa, y dejó poco o ningún tiempo para que el estado ruso negociara con la familia.
Hubo múltiples llamadas de historiadores y funcionarios estatales que enfatizaban la importancia de comprar el archivo completo, de modo que los documentos invaluables fueran devueltos a Rusia, pero hasta el día de la subasta no estaba claro si había fondos para respaldarlo.
La colección única fue vendida «con gran éxito» por 3.012 millones de euros por los subastadores de French Drouot el 21 de noviembre de 2019.
A los pocos días de la subasta, dos archivos estatales rusos confirmaron que el 90% de todos los documentos fueron comprados por «filántropos no identificados» y serán devueltos a Rusia, aunque algunos artículos se guardarán en colecciones privadas.
Solo después de que los documentos regresaron a Rusia a fines de enero de este año, los nombres de los compradores fueron revelados como el multimillonario Leonid Mikhelson, el novelista y el hijo de Alexander Solzhenitsyn, Yermolai Solzhenitsyn, el anticuario Vadim Zadorozhny, el empresario Ivan Yefimov y el PromSvyazBank respaldado por el estado de Rusia.
La compra fue apoyada por los funcionarios estatales de alto rango en Rusia como el ex primer ministro Dmitry Medvedev, su ex primer diputado y actualmente jefe de VEB Igor Shuvalov, jefe de la Agencia Federal de Archivo de Rusia Andrey Artizov y ex secretario de prensa de Dmitry Medvedev y ahora también parte del equipo VEB Natalia Timakova.
El archivo se exhibe actualmente en la Casa de Rusia en el Extranjero Alexander Solzhenitsyn, con sede en Moscú. No está claro qué parte de ella irá a colecciones privadas después de la exhibición pública inicial, ha afirmado el periódico The Siberian Times. En estos tiempos de pandemia la visita está prohibida, pero seguramente cuando todo esto pase y se reabra la vida normal, quienes viajen a Moscú podrán admirar seguramente, la colección que ha regresado finalmente a Rusia.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).