MIAMI. La llegada de un nuevo miembro de la familia requiere un ajuste para todos, especialmente para los integrantes más jóvenes del hogar. Para los padres, las reacciones de sus hijos mayores pueden ser frustrantes y no siempre saben cómo proceder. En el ajetreo, se olvidan de que es normal que el otro niño sienta celos y que busque formas de reclamar atención. Los padres deben lograr que sus hijos aprendan a no tener celos patológicos ya que esto les creará serios problemas de relaciones interpersonales, en el trabajo y en la pareja.
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar durante la transición?
La mayoría de los niños se acostumbra a la idea de tener un hermano. Dependiendo de la edad y del nivel del desarrollo del niño, es recomendable hablarle de que en algún momento tendrá un hermanito.
Este no es un buen momento para hacer cambios en la rutina del niño, como aprender a ir al baño solo o a dormir solo en el cuarto. De lo contrario, se arriesga a que con la llegada del hermanito haya un retroceso en este desarrollo. Tampoco es recomendable exigirle más de lo que puede dar porque viene en camino un bebé.
A partir de los tres años se les debe explicar lo que ocurre. Tratar de integrar al niño al proceso; sugerir nombres para el hermano, ayudar en la decoración del cuarto, sentir el latido del bebé, acompañar a la mamá al médico. Claro está, el nivel en que el hijo mayor puede participar depende de su desarrollo y comprensión. Ya a los tres años de edad, el niño tiene una idea del concepto de familia.
Háblale al niño de cuando era menor, mostrarle fotos y contarle lo que hacía. Un niño de tres o cuatro años entiende las cosas a través de ejemplos concretos. Además, esto le permite saber qué esperar. Así, al ver al recién nacido, no pedirá que lo pongas a caminar.
Al llegar a la casa, es una buena idea que el recién nacido le traiga un regalito a su hermano mayor. Esto ayudará a que no sienta tantos celos. También puede pedirles a los familiares y amigos que no olviden traerle algo al niño mayor cuando vayan a ver al bebé. De esta forma, el niño no sentirá que toda la atención es para el hermanito y que se han olvidado de él.
Ya en casa, los padres deben sacar tiempo para su hijo mayor. No alterar demasiado su rutina. Las mamás deben reservar un tiempo especial, todos los días dedicarle al niño 30 minutos de atención, aunque esto implique buscar a alguien que cuide al bebé.
Aún así, es muy posible que el hermano sienta celos, apatía o que experimente un retroceso en su desarrollo y quiera que lo vistan de nuevo, le den la leche en biberón o le pongan pañales.
Ten paciencia. Eventualmente, los hermanos jugarán juntos y establecerán una relación de amor y comprensión. Recuerda, nunca comparares a tus hijos. Eso desata celos patológicos para toda la vida.
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.