Los culpables los sabrá el gobierno de España. Quién compró, quién hizo la gestión, con quién, a través de quien. Etcétera. La bomba que le acaba de reventar en las manos al gobierno de los socialistas y podemitas, no la vieron venir.
El Gobierno español compró 640.000 pruebas que resultaron ser falsas a una empresa china sin referencias oficiales. El miércoles 25 de marzo anunció que ha encargado 5,5 millones de este tipo de test, pero se desconoce si al mismo fabricante.
El Ministerio de Comercio de China había ofrecido al Ministerio de Sanidad de España “una lista de recomendaciones de proveedores clasificados” entre los que no se encontraba la compañía Bioeasy, asegura la Embajada de China en su cuenta oficial de Twitter. Esta es la empresa a la que España compró las 640.000 pruebas rápidas que detectan el antígeno en 10 o 15 minutos. La embajada afirma asimismo que la empresa todavía no tiene “licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos”.
El periodista Zigor Aldama, del periódico Las Provincias, ha escrito desde Shangái que la empresa Shenzhen Bioeasy Biotechnology no da la cara y allí nadie quiere hablar con la prensa tras hacerse público que los tests rápidos adquiridos por España para detectar el coronavirus tienen una sensibilidad del 30% -y no del 80% como afirma el fabricante-, por lo que los diferentes responsables de la compañía han dejado esperando y luego le cuelgan las llamadas realizadas para tratar de aclarar la situación.
Afirma que lo remiten a su página web, en la que Bioeasy se presenta como una empresa puntera especializada en la detección de patógenos como el coronavirus que tiene al mundo en vilo; que la misma es miembro de la Asociación Oficial de Químicos Analíticos y que diez de sus kits para hacer pruebas han servido para establecer el estándar nacional chino. El primer producto que aparece en la lista de los que vende es test rápido que ha adquirido España para detectar anticuerpos del SARS-CoV-2. Justo el test que ha embarcado a Pedro Sánchez con lo cual se ha permitido que este jueves en la noche según las estadísticas conocidas mundialmente, en España han existido 57 876 casos, de los cuales 4365 han fallecido, 7015 se han recuperado y hay 46 406 activos.
La Embajada de China en Madrid afirmó en un tuit que Bioeasy «no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos», lo cierto es que la empresa sí que ha obtenido el sello CE requerido para exportar su material a Europa, que otros países como Georgia han adquirido su test para el coronavirus -a un precio de unos 5 euros por unidad-, y que aparece en listados como el de la suiza FIND, especializada en métodos de diagnóstico. Pero el problema quizás esté en el hecho de que la adquisición no se hizo por los canales correspondientes, dígase a través de la embajada asiática en el país ibérico.
Dice el periodista que para algunos empresarios establecidos en China la noticia de este fiasco no ha supuesto ninguna sorpresa. «Los que trabajamos en China sabemos lo sumamente difícil que es comprar o vender allí y no es cuestión de tener el dinero solamente. Eso es lo de menos. Requiere mucho manejo y habilidad. Por eso en nuestra empresa jamás compramos nada en China. Simplemente, no sabemos comprar. No es tan fácil. No basta ni estar en China ni saber chino», explic[o Luis Galán, fundador de la consultoría especializada en comercio electrónico 2Open, con sede en la ciudad china de Weihai.
El empresario madrileño alertó de que la pandemia ha dado alas a oportunistas chinos con poca ética y ganas de hacer dinero rápido. Ante esta situación, cabe preguntarse por qué los tests se adquirieron a Bioeasy cuando existen empresas españolas que producen kits similares.
Genomica, por ejemplo, comercializa el CLART Covid-19 con una sensibilidad del 96% -muy por encima del 80% que promete Bioeasy- y el COVID-19, que ofrece resultados en menos de dos horas.
La mesa está servida para una buena investigación. A estas alturas se desconoce cuánto costaron las 640 mil pruebas falsas. Los muertos los sigue poniendo el pueblo español.
Notas de las mejores agencias de noticias internacionales.