Uno de los sonetos más originales que se haya escrito en idioma español pertenece al poeta argentino Baldomero Fernández Moreno (1886-1950), quien era médico y autor de numerosos libros.
Soneto de tus vísceras lo escuché muchas veces en la voz de Raúl Rivero, el poeta, periodista y opositor cubano, dueño de una memoria prodigiosa para la Poesía.
Tuve la suerte de conocer a la hija de Baldomero Fernández Moreno, Clarita, durante una lectura de poemas que hice en el Centro Cultural San Martín, en Buenos Aires. Fue muy cálida y simpática. Hace poco sube que su hija, es decir, la nieta del poeta también escribe poesía.
Baldomero fue uno de los poetas argentinos mas destacados. Su nombre completo era Baldomero Eugenio Otto Fernández Moreno y había nacido el 15 de noviembre de 1886 en la ciudad de Buenos Aires, fue el primogénito de cinco hermanos. Sus padres Baldomero Fernández y Amelia Moreno eran españoles, específicamente castellanos. Cuando Baldomero tenía seis años sus padres se mudan a las montañas de Cantabria, permaneciendo cuatro años en Bárcena de Cicero, la pequeña aldea natal de su padre. En 1896 se van a Madrid, donde inicia el bachillerato, antes de regresar a Argentina, donde estudia y se gradúa de médico en 1912. Ejerce como médico rural hasta 1924, principalmente en Chascomús (provincia de Buenos Aires) y Catrilló (provincia de La Pampa). En 1919 se casa con Dalmira del Carmen López Osornio (ese mismo año nace su hijo César, también poeta y ensayista; luego vendrán Dalmira, Ariel, Manrique y Clarita.
Publica los poemarios Las iniciales del misal (1915), Intermedio provinciano (1916), Ciudad (1917), Por el amor y por ella (1918; inspirada por su musa y posteriormente esposa), Campo argentino (1919), Versos de Negrita (1920) Negrita era el mote que le tenía de cariño puesto a su esposa, Nuevos poemas (1921), Cantos de amor, de luz, de agua (1922), El hogar en el campo (1923). A lo largo de su obra, por aquí y por allá, siempre, de algún modo deja ver el médico que siempre fue. En 1925 abandona definitivamente la medicina y cambia el consultorio por las aulas de secundaria, enseñando literatura e historia. Ese mismo año, funda la Sociedad de Escritores, que posteriormente será la Sociedad Argentina de Escritores.
En 1937, la muerte de su hijo Ariel, de 10 años de edad, sume al poeta en un profundo estado depresivo, que se prolonga hasta fines de 1939, de esa experiencia, de ese dolor, salió el manojo de poemas titulado «Penumbra».
Su obra poética se caracteriza por el erotismo y el apego a lo espiritual, pero sobre todo por el dominio perfecto de las formas poéticas y por no tener reparo en hacer acercamientos a lo cotidiano que se pondrían de moda décadas después. Fue académico de número de la Academia Argentina de Letras.
Los últimos años de su vida transcurrieron entre el insomnio y el cada vez más endeble equilibrio mental. El 7 de julio de 1949 falleció súbitamente, de un derrame cerebral.
Sobre su obra, Jorge Luis Borges escribió que: “había ejecutado un acto que siempre es asombroso y que en 1915 era insólito, un acto que con todo rigor etimológico podemos calificar de revolucionario. Lo diré sin más dilaciones: Fernández Moreno había mirado a su alrededor”.
A él se debe el popular poema
Setenta Balcones:
Setenta balcones hay en esta casa
setenta balcones y ninguna flor
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa
odian el perfume, odian el color?
La piedra desnuda de tristeza agobia
¡dan una tristeza esos negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia
no hay algún poeta bobo de ilusiones?
¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín
en la piedra blanca trepar los rosales
en la piedra negra abrirse un jazmín?
Si no aman la planta, no amaran el ave
no sabrán de música, de rima, de amor
nunca se oirá un verso, jamás se oirá una clave
¡Setenta balcones y ninguna flor!
Otros poemarios publicados por Fernández Moreno son Sonetos (1930), Romances (1936), Penumbra (1948) y Versos de Marcela (1950), publicado póstumamente, dedicado a su primera nieta, Marcela, la hija de César.
De cualquier manera, el Soneto de tus vísceras es uno de los sonetos más originales y mejor concebidos en la poesía latinoamericana, y debería tener sitio en toda antología que sobre esta forma poética se edite en Hispanoamérica.
Tan es así que es considerado el poema más anatómico de la literatura española (tal vez de la literatura universal). Tanto el mexicano Alfonso Reyes como Borges destacaron la valía del poema.
Aquí lo dejo. Si quieren pueden comentarlo.
Soneto de tus vísceras
Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.
Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.
Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.
Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos…
Yo soy un sapo negro con dos alas.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).