Al tostón en la provincia oriental siempre lo conocí fundamentalmente como la rebanada de corte transversal de plátano macho, o fongo (conocido en La Habana como plátano burro, y como rulo en República Dominicana) verde o pintón, aplastada a mano sobre un trozo de papel de estraza (para cartuchos o fundas de papel, que es color crema y se usa en los colmados) después de medio frita en manteca, y luego acabada de freír.
Rebusqué la palabra en cuantos diccionarios dispongo, y no la encontré ni en los centros espirituales. Sólo Pichardo en su edición de 1849, la relaciona con un tipo de planta. Sin rendirme la busqué en el Fichero General del DRAE y la encuentro en la ficha de Malaret de 1931, aclarando que así es llamado en Puerto Rico, pero luego encontré dentro del concepto de la palabra “zambuila”, que en todas las ediciones del Diccionario de Pichardo desde 1836, 1849, 1861 y 1875, significaba lo mismo.
Y recuerdo la contrariedad que sufrí cuando llegué por primera vez a la Habana, al escuchar, que al tostón le decían chatino. Muy claro por Constantino Suárez en su Diccionario Vocabulario cubano, agregando que la etimología de chatino proviene de la palabra “chato”, muy acertado, y me atrevo a que la palabra tostón nos viene por la forma de una moneda antigua. En algunos otros países se le conoce como patacón, también relacionado a las monedas, etc.
Ivo Basterrechea Sosa: Escritor. Cubano, vivió en México y radica en Miami.
Ganó diferentes premios en Cuba. Finalista en el Concurso de novela histórica HISPANIA 2019 en España, con Ave María Habana, publicada recientemente por la Editorial Adarve.
E-mail: ivobasterrechea@gmail.com