Varios lectores me preguntan sobre el origen de la palabra chilindrón.
En el primer artículo mi intención fue dar a conocer, cómo se “cubanizó” el estofado que conocemos los cubanos, quedándome claro que la palabra era castellana, derivada del griego.
Ya metiéndonos en honduras mayores, sobre el origen de la palabra chilindrón, lo más antiguo que encontré fue la ficha del DRAE, de Sebastián de Covarrubias, tomada de su Tesoro de la lengua castellana o española que apareció en el año 1611 y se considera el primer diccionario monolingüe del castellano.
Lo curioso de todo, es que, por ninguna parte, la Academia se refirió al guiso antes del siglo XX. Lo que justifica el acierto del mexicano Guido Gómez de Silva, pero sobre el error que Juan Marinello ve en Suárez, no lo hay como tal, porque Constantino Suárez, fue un español que ya conocía el chilindrón de su país hecho con cordero, y vaya usted a saber con cuantas cosas más en otras provincias.
Y me expreso así porque si observamos bien el concepto de Covarrubias, nos invita a ver la palabra ensalada, que en su significado es un conjunto o mezcla de cosas confusas sin conexión, reafirmando una vez más lo dicho por Gómez de Silva.
¿El estofado será una derivación del ajiaco? En algunas partes centroamericanas, asocian al chilindrón a varios arbustos, como lo hizo el ilustre Alberto de Jesús Membreño Márquez en 1895, en su libro Hondureñismos. Creemos que devino de un trastrueque del chicharrón.
Y, para terminar, los invito a beber una ensalada que, según el diccionario de la RAE, en Cuba es un refresco preparado con agua de limón, hierbabuena y piña. No lo conocía. Me imagino que no sabrá mal. ¿Alguien me puede hablar de él?
Ivo Basterrechea Sosa: Escritor. Cubano, vivió en México y radica en Miami.
Ganó diferentes premios en Cuba. Finalista en el Concurso de novela histórica HISPANIA 2019 en España, con Ave María Habana, publicada recientemente por la Editorial Adarve.
E-mail: ivobasterrechea@gmail.com