En Noruega ha existido durante mucho tiempo una profunda fascinación por las culturas foráneas, sobre todo en lo que respecta a magia y supersticiones. Sin embargo, las tradiciones propias en cuanto a esto respecta han sido un tanto olvidadas, quizás por no tener igual espacio dentro de la literatura o la música.
En los últimos años, empero, ha ocurrido un cambio, y se ha comenzado a desempolvar el largo y curioso capítulo de las supersticiones nórdicas, según el cual se rigieron generaciones, cuando la vida era dura y más valía ir con cuidado.
Estas son algunas de ellas:
-No señalar nada pero sobre todo a nadie, so pena de atraer la mala suerte sobre su cabeza.
-Una pareja de novios puede obsequiarse libros, pero nunca cuchillos.
-Llorar en sueños es un presagio de alegrías. Reír en sueños, empero, es señal de tragedia.
-El que canta mientras ayuna, llorará antes de que llegue la noche.
-Un joven no ha de tocar nunca el ovillo de una mujer. Esto implica que tendrá una esposa malvada, o que la mujer lo hará infeliz.
-Devolver un dedal es de mal agüero.
-Perder una moneda es una buena señal, significa que hay dinero a la vista.
-Si se cae una cuchara al suelo, llegará visita femenina.
-Poner un hacha sobre la mesa arruina la paz conyugal.
-No debe uno jamás sentarse sobre una mesa, puesto esto atrae la desgracia.
-Si el cuchillo se graba al cortar el pan, es señal de que quien lo corta está mintiendo.
-No se le deben regalar zapatos a un amigo o conocido, so pena de perder la amistad.
-Un agujero en las medias es señal de que viene una carta.
-Una chica que lava con el delantal mojado se casará con un borracho.
Es cubana. Desde hace más de dos décadas reside en Oslo, capital de Noruega. Hace una década ha vertido sus textos en el blog La Guardarraya de Siberia. Es profesora.