El color de las gardenias
floreciendo en la ventana,
mis libros de cuentos.
El sol de Diciembre,
la guayabera preferida de mi abuelo.
Las ramitas de canela y el anís
estrellado en la cocina son
la silueta de abuela, de espaldas,
planchando la natilla.
Esa copa verde, la colonia de mi padre;
y el azul casi blanco de esta taza,
la crema de almendras de mami.
Los limones son mis hermanos
al volver de la escuela;
tía es la punta de la braga
que sobresale de la gaveta.
Ojos miopes tras espejuelos
del corazón que me siguen, mis amigos.
¿Ves, Distancia, cómo no ganas?
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Es cubana. Desde hace más de dos décadas reside en Oslo, capital de Noruega. Hace una década ha vertido sus textos en el blog La Guardarraya de Siberia. Es profesora.