En Noruega, la Navidad se ha celebrado durante miles de años, pero la celebración sufrió cambios después de la llegada del cristianismo a Escandinavia.
La palabra noruega para designar la Navidad es «jul», que viene del nórdico antiguo jólablót, la festividad relacionada con las ofrendas del solsticio invernal, fechado el 12 de Enero. En el año 900 a.d.C, Håkon El Bueno dispuso que el país celebrara el 25 de Diciembre, al mismo que el resto de Europa, la festividad cristiana, e intentó prohibir los rituales paganos como parte de un proceso político para cristianizar Noruega. A partir de entonces la celebración cristiana se impuso, en fecha, aunque retuvo el nombre pagano; mientras en Francia, por ejemplo, la llaman Nöel, que significa nacimiento, o Christmas en inglés, en Escandinavia sigue llamándose jul.
Las tradiciones navideñas noruegas son una mezcla de viejas y nuevas costumbres. Una se mantiene inamovible, empero, y es la comida; la matanza se realizaba antes del 13 de Diciembre, y era natural que se sirviera por Navidad cerdo, cordero, pescado y pavo.
Julenissen, el encargado de repartir los regalos en Nochebuena, hemos heredado del santo turco San Nicolás, pero en tiempos tan tempranos como el 1600 se hablaba de un nisse con un trineo tirado por carneros. La fusión de este ente con San Nicolás y los comerciales norteamericanos de Coca Cola, han resultado en el viejo bonachón y barbudo que los niños esperan con ansiedad.
El árbol navideño, en cambio, no fue popular en Noruega sino hasta 1800. Los adornos variaban mucho según las posibilidades económicas de cada familia; mientras los ricos adornaban con guirnaldas vistosas y bolas de cristal coloridas, los pobres lo hacían con frutas secas y bellotas; ésto último ha ganado popularidad en la última década, al volverse tendencia lo que se ha dado llamar el estilo nórdico, que resalta la simplicidad y la naturaleza. También ha sido y es común adornar el árbol con pequeñas banderitas noruegas, lo que probablemente esté asociado a que los árboles navideños hicieron su entrada coincidiendo con la liberación del país, en 1814.
Es cubana. Desde hace más de dos décadas reside en Oslo, capital de Noruega. Hace una década ha vertido sus textos en el blog La Guardarraya de Siberia. Es profesora.