Hace unos meses, visitando el poblado lapón de Karasjok, en la frontera de Noruega con Finlandia, recordé una leyenda que me estremeció al escucharla por primera vez, hace muchos años: el Eahpáraš.
Si, caminando por un bosque perteneciente a los lapones, escucha uno un llanto o quejido, puede ser que esté en presencia de un eahpáraš, y en la cercanía del lugar donde yace un niño recién nacido sin bautizar, asesinado por su madre.
En tiempos antiguos los niños que nacían fuera del matrimonio, o cuyos padres no podían o querían tenerlo, eran abandonados en un bosque, expuestos al mal tiempo o los animales, a fin de que muriese.
El fantasma de esta criatura, negado el cielo, ronda por siempre el lugar donde fue abandonado. Su llanto desconsolado suele escucharse en las noches, y la única manera de darle paz es darle un nombre; sin embargo, no debe ser un nombre cristiano sino el de un objeto, por eso el conjuro reza:
«Te bautizo. Hacha será tu nombre.»
Sólo así el pobre niño dejará de llorar, y el viajero podrá continuar su camino sin tropiezos.
EAHPÁRAŠ (THE DEAD CHILD LEGEND) from annemerete on Vimeo.
Es cubana. Desde hace más de dos décadas reside en Oslo, capital de Noruega. Hace una década ha vertido sus textos en el blog La Guardarraya de Siberia. Es profesora.