Es el agujero lo que vemos, no la montaña sobre la isla de Torget. Esta peculiar formación, una de las atracciones turísticas más visitadas de Noruega tiene una saga.
Al norte del reino vivió una vez un troll llamado Hestemannen, que fue a enamorarse de Lekamøya, la huldra más bella de cuantas hubo existido. Una noche, mientras Lekamøya se bañaba en las verdes aguas del lago Landego, Hestemannen se acercó sigilosamente, con intenciones de raptarla; la huldra, sin embargo, lo descubrió, y huyó despavorida. Hestemannen montó en su caballo y la persiguió, pues estaba decidido a hacerla suya.
Lekamøya se adentró más y más en el bosque, buscando el sur; cuando el día se acercaba había llegado a Brønnøysund. Hestemannen comprendió que no le daría alcance antes del amanecer y, ciego de ira, decidió que prefería matarla a perderla: tensó su arco, y le apuntó. El rey troll de Brønnøysund, que había estado mirando la cacería, quiso salvar a Lekamøya, y arrojó su sombrero entre ella y la flecha. El sombrero quedó atravesado, y cayó a tierra mientras salían los primeros rayos del sol. Ahí sigue, el gran monte agujereado, el testimonio de un historia de amores y maldades.
Es cubana. Desde hace más de dos décadas reside en Oslo, capital de Noruega. Hace una década ha vertido sus textos en el blog La Guardarraya de Siberia. Es profesora.