Nicaragua ostenta el nada bonito récord de ser el único país de América que ha desafiado la pandemia del Covid 19, ante la cual el mundo entero ha inclinado la cabeza. Human Rights Watch (HRW), había calificado de “temeraria” la respuesta de Ortega a la pandemia.
La agencia EFE ha realizado un dibujo in situ de lo que sucede en Nicaragua, donde Daniel Ortega sigue sin dar la cara por hace más de un mes. Allí, donde hace pocas semanas falleció el sacerdote, poeta y ex ministro de Cultura del primer gobierno sandinista, Ernesto Cardenal, a cuya misa enviaron una turba de seguidores del gobierno a caerle a golpes a los dolientes, allí mismo han considerado que no es necesario tomar medidas de prevención o de restricción social y han llegado a poner un falso sacerdote al frente de una peregrinación por la Semana Santa.
El expresidente devenido en dictador y su esposa, la aspirante a poeta y vicepresidenta del país, son los responsables máximos de la bacanal de fiestas que han organizado en 23 actividades de multitudes en dos playas, dos lagunas, un lago y un río, administrados por el estado con transporte gratuito entre el jueves y este domingo Santos.
«Un grupo de personas baila junto a una tarima en el norte de Managua, otro se disputa una camiseta lanzada al público en las afueras de la ciudad, y un supuesto sacerdote encabeza una procesión por ser la Semana Santa. Esta es la particular manera en que algunos desafían la pandemia de COVID-19 en Nicaragua.
Aunque la mayoría de nicaragüenses parece seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), otros han preferido participar en las actividades multitudinarias organizadas por el Gobierno del presidente Daniel Ortega, que niega tener “transmisión local comunitaria” de COVID-19, y únicamente reconoce nueve casos confirmados, con un muerto, “todos importados”», dicta el despacho de la agencia española de noticias.
Destaca que más de un centenar de alcaldías de ideología sandinista y empresas estatales, anunciaron actividades similares, entre concursos deportivos en balnearios locales, competencias gastronómicas, y eventos religiosos al margen de la predominante Iglesia Católica.
«Ninguna (de las alcaldías) se dio por enterada de las recomendaciones del Comité Científico Multidisciplinario, para evitar la propagación del coronavirus SARS-coV-2, que transmite la enfermedad de COVID-19, que incluyeron el distanciamiento social, cuarentenas y evitar aglomeraciones», expone Efe.
Dentro de las iglesias
Según narra Efe a pesar de que la Iglesia Católica anunció que sus celebraciones en esta a Semana Santa serían a puertas cerradas, para evitar contagios de COVID-19, «hubo sacerdotes conocidos por su aparente simpatía sandinista, que hicieron caso omiso, y llamaron a sus fieles, aunque luego se arrepintieron», ya que las aglomeraciones recibieron fuertes críticas y uno de los sacerdotes pidió perdón públicamente.
«En Nindirí, municipio vecino de Managua, otro se exasperó al punto de exigir a los presentes que apagaran “el maldito teléfono” celular».
Lo que sin dudas es un elemento surrealista y cruel es el hecho comprobado de que «no todos los curas eran reales». Esto porque comunidades católicas de Nicaragua «denunciaron al menos dos casos de personas que se hicieron pasar por clérigos para encabezar procesiones en las calles».
En Managua y otras alcaldías, empresas estatales «no necesitaron sacerdotes para ejecutar las tradicionales judeas, obras de teatro callejeras que recrean la Pasión de Cristo, ante un público que apenas reparaba en la pandemia de COVID-19», expone la nota.
En este carnaval de ignominias algunos creyentes evangélicos se sumaron a las actividades callejeras, «y salieron en pequeños grupos a exhibir carteles que decían “Jesús es la solución”, mientras vestían atuendos rojos y negros, los colores del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)».
La Organización de los Estados Americanos (OEA), la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han mostrado su preocupación sobre el manejo de la pandemia en Nicaragua.
Este domingo continúa este carnaval de desaires a la ciencia y a la opinión pública internacional, a los organismos internacionales y a la vida de los propios nicaragüenses. Este domingo Nicaragua sigue dándole la espalda al coronavirus. No importa que haya infectados y muertos. La pachanga sigue. ¡Música maestro!
Notas de las mejores agencias de noticias internacionales.