El cine es un arte de difícil dominio. Es una industria compleja y demandante.

Héroes y heroínas debe llamarse a quienes saben salir triunfantes de tales luchas. Visto en perspectiva, de todas las artes,  el cine es la más colectiva, exigente y multidisciplinaria. Es una industria que demanda la mayor cantidad de talentos calificados en la realización del proyecto, normalmente se opera bajo esquemas presionados de tiempo.El cine es una de las dimensiones creativas que impone ubicar costosos recursos, gente talentosa y quien sabe cuántas condiciones más. Debe estar lejano el día en que los cineastas se decidan a escribir sus memorias con sus experiencias para hacer sus películas, sus dificultades, sus habilidades para hacer posible sus proyectos, sus facultades para enfrentar todas las puertas que se cierran y alegrías antes las que se abrieron.

Pero mientras tanto, solo nos queda admirar a quienes saben navegar en esas turbulentas aguas ya emotivas, ya financieras, ya corporativas.

Estas reflexiones nos surgen, tras notar el proceso necesario para lograr uno de los mejores proyectos de cine dominicano de estos años: Mosh, un sorprendente e impecablemente realizado drama de Juan Antonio Bisonó, que eleva los parámetros artísticos, populares y técnicos del cine local a partir de una concepción clara, de justicia en forma de oportunidad a talentos actorales nuevos y de la atracción solidaria de recursos técnicos y artísticos internacionales que le han otorgado una consistencia que tornan global el proyecto.

La sorpresa que nos llevamos quienes no teníamos idea de la facturación de Mosh, no fue ordinaria.  El proyecto nos arrebató la atención, nos mostró sendas no recorridas por nuestro cine, evidenció que se puede hacer mucho más que lo hecho hasta ahora.

Encontramos un nivel de cine atrapante, realizado con sentido profesional, artístico y de vocación popular, el uso de diversas tendencias del cine, desde el surrealismo fílmico hasta realismo mágico, la narrativa dramática bien desarrollada y

Mosh lleva el cine dominicano a uno de sus puntos más altos, que en primer lugar revela el valor de pensamiento  que reubica como necesaria  la  reflexión cinematográfica de un joven director, buscando una película con estándares de calidad artística y técnica de nivel superior, pocas veces alcanzado, con condiciones para ser populares, de interesan al público, de satisfacer la crítica y de expresar sus experiencias (incluso la más personales) y sus aspiraciones sociales que permitan llevan un mensaje de redención, esperanza resiliencia y superación.

Bisonó se planteó: ¿Qué cine queremos, podemos y necesitamos hacer? ¿Tenemos que seguir haciendo cine solo con objetivos de taquilla, haciendo cualquier proyecto de cualquier forma? ¿Es posible unir el atractivo de taquilla del cine con un nivel de producción óptimo comparable, o incluso superior que el cine de otros países? 

Al parecer, Juan Antonio Bisonó, lo ha logrado todo. Y nos ha sorprendido a todos al demostrar que el arte del más alto vuelo, por costoso que resulte, tiene formas de ser, sin exceder el presupuesto modesto de una producción fílmica acogida a la Ley Nacional de Cine.

El resultado fue este drama envolvente, impactante, deslumbrador, impecable en su producción, cuidado al detalle y en especial en su universo sonoro – tanto el sonido ambiental como la banda musical, su extraordinaria fotografía y su diseño de arte, vestuario, efectos especiales , todo sobre la plataforma de un guión a cargo de talentos de la escritura: el propio Bisonó quien siguió el camino correcto de estudiar, primero que todo, escritura creativa y su capacidad de enjugar sus experiencias familiares más íntimas, que no detallamos para no avanzar argumentación.

El apoyo

El patrocinio de Mosh estuvo a cargo de: Propagás, Banco BHD León, Banco BDI, (BACC),Marmotech, Kah Kow, Aeropuerto Internacional del Cibao, Made Soil,  Caribbean Cinemas, Dirección General de Cine y  Productora La Felicidad,

La calidad del producto ha sido tal que tuvo oportunidad de ser selección oficial del Festival Internacional de Cine de El Cairo y ya fue adquirida en el mercado del Festival de Cannes por el agente de ventas alemán Media Luna, a cargo de la comercialización internacional.

Lo actoral

Un aspecto que resalta en la gerencia de los insumos y recursos en Mosh, es la irrupción de talentos actorales en los protagónicos: Omar Augusto Luis (Gerónimo), Rebecca Dalmasí (Mosh), la joven bailarina y actriz de 16 años, a cuya labor se agrega el mejor coprotagónico de Isabel Spencer (Laura) y una fascinante Rita Indiana (Señora Dios.)  Isabel Spencer tiene una serie de papeles de reparto en Perejil y La Balada de los cuervos.

Omar Augusto, con sus características ordinaria de joven negro en barrio popular, entrega una actuación digna y sobresaliente en los procesos de mayor intensidad.

Rebeca Dalmasí desmiente que una mujer deba tener las características occidentales de belleza (blanca, pelo lacio, alta, «medidas perfectas» y otras) ofreciendo una actuación visceral y sentida y dejando ver que sería esta mujer con un protagónico.

Richardson Díaz, director teatral y actor, deslumbra como personaje antagónico reinando en el bajo mundo barrial de las drogas.

Spencer ofrece los resultados en pantalla, de una formación académica e inspiracional como actriz de carácter que nos conmueve.

Mosh es sorprendente por más de una razón. La primera es el director, un joven cineasta que ofrece experiencias que deben ser vistas más allá de una crítica positiva o negativa de nosotros los opinadores. Lo que ha logrado habla del poder del pensamiento creativo.

Esa la mejor lección proveniente de un artista de clase media alta, que logra demostrar una conciencia comprometida socialmente y capaz de denunciar con estilística belleza fílmica de la situación de injusticia en sectores populares. Paradoja que nos estremece y realidad que saludamos.

Mosh abre una etapa de calidad y experiencias completamente nuevas y nos ha permitido re-descubrir potencialidades, en particular de Isabel Spencer y Rita Indiana, además de develar talentos nuevos.

La película inicia este jueves 12 en las salas de cine.  Implica una cordial invitación para quienes todavía siguen diciendo: “Yo no veo cine dominicano”.

Ficha Técnica:

Año: 2020

Director y guionista: Juan Antonio Bisonó

Productor: Ricky Gluski

Reparto: Rebecca Dalmasi: Mosh, Isabel Spencer: Laura, Omar Augusto “Acentoh”: Gerónimo, Richarson Diaz: Blanco, Damián Alcázar: José La Iguana, Rafael Liranzo: Julio, Vicente Santos: El Sacerdote, Héctor Aníbal: El Doctor Pico Parasito, Joey Rodríguez: El Buzo

Sinopsis:

Mosh es una joven dominicana de 16 años que ha vivido toda su vida en el barrio con Laura, su madre enferma, y Gerónimo, su primo. Mosh busca encontrarse y saber quién quiere ser con su realidad, siempre evocada de manera visceral en la música rap que Gerónimo hace junto a su amigo “El Buzo”.

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