SD. Yo tenía 8 años de edad, era abril de 1968, cuando se estrenó 2001: La Odisea del espacio. Por aquellos tiempos, Cuba celebraba el centenario del inicio de la Guerra de Independencia bajo el lema de Cien años de lucha. Dentro de ese sentido de continuidad de la propaganda oficial se llevaba adelante el Año de la Ofensiva Revolucionaria.
En el mes de marzo se habían confiscado 55.636 pequeños negocios, muchos operados por una o dos personas. Entre ellos 11.878 comercios de víveres (bodegas o colmados), 3.130 carnicerías, 3.198 bares, 8.101 establecimientos de comida (restaurantes, friterías, cafeterías, etc.), 6.653 lavanderías, 3.643 barberías, 1.188 reparadoras de calzado, 4.544 talleres de mecánica automotriz, 1.598 de artesanías y 3.345 carpinterías. No hubo barbero que quedara en pie con unas tijeras, ni limpiabotas, ni zapatero.
En muy poco tiempo comenzó a sentirse la falta de disponibilidad de alimentos, algo que se convirtió en el mal más endémico de Cuba. Aún se desconoce que haya aparecido ningún monolito rectangular de color oscuro, que emita ruido.
Por aquellos tiempos di mis primeros pasos, rápidamente frustrados, de capitalista en ciernes. Guillermito Calderío y yo armamos en el taller de mecánica de Alipio, su papá, (un conocido rosacruz de Manzanillo, y primo hermano de Blas Roca Calderío, el líder comunista desde los años 30), una sala de cine para niños ¨ilegal¨, donde pasábamos cada noche, a lo largo de una o dos semanas, películas fijas de La Caperucita Roja, El Gato con Botas o la Cenicienta, entre otras, que narrábamos para los niños que aun no sabían leer.
Enseguida comenzaron a hacerse cada vez más evidentes largas colas de niños y niñas, con 10 o 20 centavos en las manos, algunos hasta llevados por sus padres, lo cual llamó la atención del Comité de Defensa de la Revolución, que elevó una queja al Comité de Zona, de donde nos llegó como un rayo la resolución del presidente a ese nivel. ¨No pueden seguir con el cine, porque eso es contrarrevolución y ustedes están mostrando películas pequeño burguesas¨. No valieron las quejas nuestras ni la de los demás niños del barrio San Rafael, cercano a la terminal ferroviaria y al manglar. No Había ningún monolito rectangular en ningún momento, ni en ninguna de nuestras proyecciones.
Mi abuelo David se hundió en la depresión tras ser despojado de su último colmado en la barriada de La Vigía, en Camaguey. Perdió no solo sus ahorros, sus esfuerzos de toda la vida, sino también la dignidad. En la que hasta ayer había sido su bodega, ahora mandaba una señora de caderas muy anchas y verborrea revolucionaria, que era la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución. Y él era un simple peón a las órdenes de ella. No había ningún monolito rectangular por ningún lado.
Mi abuelo no hizo lo que otros. Por ejemplo, un señor dueño de una fábrica de ¨efectos de sport¨ de la Calle República No. 473. Cerró a cal y canto su fábrica, que así permaneció hasta el 2008, cuando fue descubierta por unos artistas plásticos jóvenes y decidieron hacer un proyecto con lo allí reunido.
Seguramente nuestra ¨sala de cine¨no fue contabilizada dentro de las estadísticas oficiales, porque aquella Ofensiva Revolucionaria de 1968 fue la culminación de un proceso de excesos e irracionalidades de todo tipo, que había comenzado mucho antes y que desembocó en la derrota de la zafra donde no fueron los diez millones. En 1968 el Ché Guevara murió en Bolivia y Tomás Gutiérrez Alea estrenó la película cubana tal vez aún insuperada Memorias del subdesarrollo.
Aquel año de 1968, fue el de la Primavera de Praga, el año en que la sonda espacial Survayor 7 alunizó y se lanzó la nave Apolo 5. Ese 14 de febrero se inauguró el Madison Square Garden y en marzo murió Yuri Gagarin, el primer cosmonauta del mundo, también se inició el movimiento que llevaría al Mayo de Francia, que llevó a una revuelta universitaria y a una huelga general. El 4 de abril asesinaron a Martin Luther King y el 5 de junio al Fiscal General de los Estados Unidos y hermano del también asesinado presidente John F. Kennedy. El 26 de agosto Los Beatles lanzan Hey Jude. México inaugura los XIX Juegos Olímpicos, Richard Nixon es electo presidente de los Estados Unidos, el filme Oliver! gana en los premios Oscar y el Apolo 8 entra en órbita lunar, siendo sus ocupantes los primeros humanos en ver la cara oculta de la Luna. Y también en 1968 se creó la orquesta Fania All Stars por Johnny Pacheco y Jerry Masucci.
A medio siglo del estreno
Ese año, hace 50 ya, nacieron gente de la industria del cine como Hugh Jackman, Marc Anthony, Naomi Watts, Daniel Craigh, Celine Dion, Cuba Gooding Jr., Will Smith, James Caviezel, Kylie Minogue, y el director Cristian Mongiu, entre muchos otros.
No puedo precisar cuántos años después fue que pude ver esta película colosal que Stanley Kubrick estrenó en 1968, quizás uno de los más convulsos de la historia. 2001: la Odisea del espacio, no solo creó un cine diferente, sino que marcó un antes y un después para muchas cosas en el mundo.
Medio siglo después, La Odisea del Espacio sigue siendo una película que ejerce una compleja fascinación, entre otras cosas por sus múltiples significados y su excelencia cinematográfica, que le hizo romper esquemas, cánones y estructuras prefijadas, dándole un impulso que aún dura, en el cine de ciencia ficción.
Con La Odisea del Espacio se realizó en imágenes el más abarcador salto de la historia de la Tierra, cuando un homínido, hace cuatro millones de años, descubre -¡oh vida!- que un simple hueso puede ser una herramienta: acaba de aparecer el primer ser humano sobre el planeta. Y entonces ocurre quizás la más magistral de todas las elipsis realizadas en el arte cinematográfico (de por sí un arte de elipsis) un salto en el tiempo cuando una nave espacial que viaja de la Tierra a la Luna hace una escala en una estación espacial. Corre el año 1999.
Un primer plano narrativo habla de la evolución de la humanidad sobre la Tierra. Un segundo plano narrativo, que se deduce del primero, es el del significado de los cuatro monolitos negros rectangulares que aparecen a lo largo del filme. El primero influye de alguna manera en el homínido para que aprenda a pensar. El segundo, descubierto en una excavación en la Luna, es una alarma a sus creadores, en Jupiter de que la humanidad ha evolucionado hasta tal punto que les ha permitido llegar hasta donde está enterrado el segundo. El tercer monolito, que un astronauta, Dave Bowman, encuentra flotando en el espacio, es una puerta hacia la infinidad del Universo. El cuarto monolito es el que flotará tiempo después sobre un anciano Bowman que a punto de morir, el artefacto lo convierte en un embrión de una nueva especie, surgida de la humana.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).