La monja francesa Lucile Randon, de 116 años, cuyo nombre religioso es Sor André y certificada como la persona viva más longeva de Europa y la segunda del mundo, ha superado el coronavirus, según una noticia publicada en el diario local francés Varmartin.com. Varmartin.com
La hermana André, dio positivo por Covid-19 el 16 de enero en el hogar de ancianos Sainte Catherine Labouré en Toulon, donde reside.
Mañana, jueves 11 de febrero, la hermana André, celebrará sus 117 años. Todo sonrisas, sin duda disfrutará de una tortilla noruega, su postre favorito.
Los residentes del asilo de ancianos lo aplaudirán calurosamente, antes de que la dirección del establecimiento organice una videoconferencia con miembros de su familia, luego con el alcalde de Toulon. Entonces, inevitablemente, se hará la pregunta interminable: «¿Cuál es su secreto para la longevidad?»
La europea más vieja y la segunda persona más vieja del mundo (la más vieja de la humanidad es la japonesa Kane Tanaka, nacida el 2 de enero de 1903 y con 118 años de edad) se está matando repitiendo a cualquiera que quiera escuchar que ella ‘no tiene ninguno’. Que si hubiera una receta milagrosa, sería millonaria solamente dando consejos.
La monja, que vive desde hace años en la citada residencia para mayores, se contagió en un brote en ese centro aunque, como muchos de los internos, superó el virus sin mostrar síntomas. «Ni siquiera me di cuenta de que lo tenía», declaró Sor André a Varmartin.com.
Pese a haber superado la infección sin síntomas, enero no fue un mes fácil para esta veterana monja, a la que «la soledad le pesaba terriblemente» y tuvo que estar confinada en su habitación sin poder asistir a misa.
Sor André se tomó con bastante filosofía la noticia de su contagio y según el personal de la residencia, ella no mostraba miedo a la enfermedad y estaba más preocupada por los otros residentes o la alteración de las rutinas cotidianas, que por su propia salud.
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