Desde febrero, los conejos, esos adorables lagomorfos han estado retozando por el barrio del Prado, no sin causar mucho daño, según el periódico de la Costa Azur Var Martin.
Su presencia masiva deleita a los más pequeños…, pero no tanto a los mayores. En los últimos meses, el barrio del Prado en Cannes ha tenido que afrontar una invasión un tanto especial: en el césped de la residencia Montrose, una auténtica colonia de conejos retozando alegremente en medio de las flores, relata Var Matin. Si, a primera vista, estos adorables lagomorfos no son peligrosos ni dañinos, aunque sí causan daños a la urbanización. “¡A una vecina de la planta baja le han devorado albahaca y cebollino! Retrasamos las siembras de primavera a propósito”, lamenta un residente al diario regional.
“Vimos el primero en febrero”, recuerda. Salen por la mañana o al final de la tarde. Es muy lindo, a los niños les encanta. El problema es que generan daños”, resume el vecino, miembro del consejo vecinal. Y estos estragos no son del gusto de todos: uno de los copropietarios incluso está considerando la erradicación de los intrusos. “Busqué empresas. Nadie juega a los conejos”, le dijo a Var Matin.
Una misión de captura realizada a finales de mayo
Esta invasión, por decir lo menos original, parece tener su origen en una finca ubicada en un jardín vecino. Los conejos simplemente habrían escapado de sus conejeras. Si los habitantes han identificado al responsable y encomendado el caso a los inspectores de salud pública del ayuntamiento de Cannes, éste no puede por el momento resolver la situación, a causa de su hospitalización.
La perrera comunal, Amistad Animal Solidaria (ASA 06), debía proceder «con la captura de conejos prevista para finales de mayo», según aseguraban los servicios municipales. «Sin esterilización, sino solamente captura para poder luego hacerlos adoptar por familias de acogida», había detallado Cecila Fruleux, jefa de la perrera, según Var Matin.
Para que la asociación llevase a cabo esta misión, un vecino se encargó de atraer conejos distribuyéndoles pequeñas hortalizas. Una operación facturada al propietario.
Pero «es más complicado atraerlos con la comida, como los gatos», apunta Cecilia Fruleux.
Los conejos pastan en los jardines de Cannes.
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