Un estudio científico acaba de sugerir que los hombres mayores de 50 años tienen un 60 % más de probabilidad de morir respecto a las mujeres. Los datos incluyeron a más de 179.000 personas de 28 países.
Los autores del estudio publicado por ePrints de la New Castle University de Reino Unido, liderados por el Dr. Yu Tzu Wu, son Niubo AS, Daskalopoulou C, Moreno-Agostino D, Stefler D, Bobak M, Oram S, Prince M y Prina M.
La investigación estudió diferentes factores socioeconómicos (educación, riqueza), estilo de vida (tabaquismo, consumo de alcohol), salud (enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión y depresión) y sociales (cónyuge, vivir solo) que podrían contribuir a la brecha de mortalidad entre hombres y mujeres.
Las razones fundamentalmente son biológicas, porque tienen lugar en países con diferentes estilos de vida y culturas, pero también tienen un factor social, de género, porque estas discrepancias son mayores o menores en función del país estudiado, establece la investigación.
«Muchos estudios han examinado el impacto potencial de los factores sociales, conductuales y biológicos sobre las diferencias sexuales en la mortalidad, pero pocos han podido investigar la variación potencial entre países», escribe el Dr. Yu-Tzu Wu, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia. King’s College London, y Population Health Sciences Institute, Newcastle University, Reino Unidos. «Las diferentes tradiciones culturales, contextos históricos y el desarrollo económico y social pueden influir en las experiencias de género en diferentes países y, por lo tanto, afectar de manera variable el estado de salud de hombres y mujeres».
«Los efectos del sexo sobre la mortalidad deben incluir no solo la variación fisiológica entre hombres y mujeres, sino también la construcción social del género, que difiere entre sociedades. En particular, la gran variación entre países puede implicar un mayor efecto del género que del sexo. Aunque la biología de los sexos es consistente en todas las poblaciones, la variación en los contextos culturales, sociales e históricos puede conducir a diferentes experiencias de vida de hombres y mujeres y variaciones en la brecha de mortalidad entre países».
Los hallazgos son consistentes con la literatura sobre la esperanza de vida y las tasas de mortalidad.
«La heterogeneidad de las diferencias sexuales en la mortalidad entre países puede indicar el impacto sustancial del género en el envejecimiento saludable además del sexo biológico, y las contribuciones cruciales del tabaquismo también pueden variar entre diferentes poblaciones», escriben los autores.
Los investigadores recomiendan que las políticas de salud pública tengan en cuenta las diferencias basadas en el sexo y el género y la influencia de los factores sociales y culturales en la salud.
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