BARCELONA, ESPAÑA. Puede parecer la primera línea del guión de una película de ciencia ficción. Pero no. Es una aseveración realizada por Molly Henry y sus colaboradores de la Universidad de Ontario Occidental, quienes han firmado la publicación que los conciertos en directo sincronizan los cerebros.
Las ondas cerebrales de los asistentes a un concierto se sincronizan mejor que las de un público que escucha o ve una grabación del evento. La conclusión de la investigación fue informada en la asamblea anual de la Sociedad de Neurociencias Cognitivas, celebrada en Boston a finales de marzo del 2018. Los científicos descubrieron que las ondas cerebrales del público que escucha la música de una banda en directo se hallan dentro de un rango de frecuencia de 2 a 4,5 hercios.
Para su estudio, los investigadores pidieron a un grupo de músicos que tocaran ante 80 personas, y mientras esto ocurría registraron la actividad del cerebro de una veintena de asistentes mediante electroencefalografía; también midieron las ondas cerebrales de otras tantas personas que escuchaban una retransmisión de la actuación, y de otros 20 sujetos que veían el evento en un vídeo. A continuación, compararon los resultados obtenidos en las distintas observaciones, lo que les reveló el hallazgo.
Si bien los neurocientíficos aún desconocen por qué la música en vivo tiene un efecto tan extraordinario en nuestro cerebro, sospechan que ello está relacionado con el procesamiento neuronal de la música. Estudios anteriores han demostrado que las composiciones musi- cales, al contrario que las secuencias de tonos establecidas al azar, favorece que el cerebro del público presente una longitud de onda determinada. Y, según los resultados, este efecto se potencia en los conciertos en directo.
La conclusión fue reflejada en la página 6 del número 32 de la revista española de investigación científica Mente y cerebro.
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