Kansk es una remota ciudad siberiana, que pronto festejará su 400 aniversario. Alguna vez pasé por esa ciudad, siendo estudiante, camino a un campamento que estaría a varios días de allí, donde jóvenes trabajaban en la construcción del Baikal Amur Magistral. La ciudad la atraviesa el río Kan, hijo del legendario y poderoso río Yeniséi. Y se encuentra a medio camino entre Novosivirsk e Irkutsk.
La ciudad de Kansk recuerda esas lejanas ciudades del profundo Oeste norteamericano y peor aún sin tabernas y sin sitios dónde pasar bien el tiempo libre. Un solo cine, un solo Mall de cristales. Los jóvenes huyen de ahí. Los ancianos quieren hacerlo pero no pueden debido a las pobres jubilaciones que les permiten a duras penas sobrevivir.
Pero, desde el año 2002 existe allí el Festival de Kansk, después de que a los organizadores les divirtiera tanto la semejanza del nombre de la ciudad siberiana con la de la mundialmente famosa Cannes en Francia, con una distancia de «apenas» 8,000 km entre ambas.
El festival es de hecho internacional ya que este año se presentaron más de 100 inscripciones de largometrajes más 23 cortometrajes de 16 países llegaron a la final (Bielorrusia, Gran Bretaña, Hungría, Alemania, Israel, Canadá, Países Bajos, Ucrania, Rusia, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Croacia, Estonia, Corea del Sur, Japón) y un planeta: Malgaut (alguien en broma debió hacer la inscripción de ese modo).
«Cuando llegué a Siberia, recordé lo que la maestra de escuela nos dijo en la clase de geografía, y estaba mirando con gran interés: ¿dónde está la taiga, dónde está la tundra?», dijo el director alemán, Evy Schubert, miembro del jurado del festival y laureado del año pasado.
«Incluso fui a la estación de tren Kansk-Yeniseisky para ver el ferrocarril transiberiano. Pararse en el ferrocarril y darse cuenta de cuántos kilómetros se ha extendido tanto a la izquierda como a la derecha es realmente impresionante», aseguró, según el periódico Siberians Times.
La idea de celebrar un festival en Kansk nació a partir de una idea soltada en tono de broma hace 16 años, cuando un grupo de directores de televisión de Moscú encontró la ciudad de Kansk en el mapa y decidió que sería interesante organizar un festival de cine allí. Pues sí, se hizo realidad.
En los adjetivos rusos derivados de Kansk y Cannes solo difieren en una letra ‘k’, pero la diferencia entre los eventos es mucho mayor aún: una queda en el sur de Francia y otra en el centro de Siberia, uno se ocupa del cine comercial y otro de películas de arte, una proyecta películas al aire libre a orillas del mar y otra al aire libre en medio del bosque, una entrega la rama de la Palma de Oro y otro la Podadora de la Palma de Oro como premio principal. Así que Thierry Fremaux no tiene nada que temer.
Un símbolo afin a la madera
«La podadora es un objeto brutal, relacionado con el estilo de vida ruso, con la agricultura en nuestras casas y también con la creatividad artística», dice la directora de arte del festival Nadezhda Bakuradze, de ascendencia georgiana.
«Muchos creen que ser artista es fácil y divertido. De hecho, es un trabajo rudo, a menudo mal pagado. Esto hace que una podadora sea un excelente símbolo», aseguró.
Durante los últimos 16 años, el Festival de Kansk ha pasado de apenas un video foro a toda una serie de eventos no menos interesantes que amplían el interés de los habitantes y de los visitantes.
Ahora, esta ciudad transiberiana pequeña -con apenas casi 90 mil habitantes-, alberga no solo proyecciones cinematográficas, sino también un festival de arquitectura con exposiciones, debates y clases magistrales, y un festival literario donde los autores de obras modernas hacen lecturas abiertas y ensayos con la participación de todos los asistentes.
Según los anfitriones del festival, Kansk es una poderosa fuente de inspiración. Fue fundada como una fortaleza en la orilla del río Kahn (en traducción del turco – la sangre) hace casi 400 años.
En esta ciudad residía el escritor ruso Vladimir Zazubrin, conocido por sus criticas el poder soviético, por ello el festival literario ‘Zazubrina’ lleva su nombre, y también el escritor checo Jaroslav Hašek, comisario del Ejército Rojo y autor del clásico El soldado Sveik.
Los decembristas y los partidarios de Lenin a menudo eran exiliados a esta remota ciudad por parte del zarismo. Edificios de varias épocas conviven pacíficamente en las calles de la ciudad. Y finalmente, aquí, a miles de kilómetros del mar, ¡existe una Escuela Naval de Cadetes!
Por lo tanto, es una ciudad muy adecuada para celebrar un festival de artes.
Especialmente porque también hay palmeras aquí: en 2008, frente al Teatro Drama de la ciudad, se construyó un pasillo cubierto de palmeras. Bocetos de árboles fueron dibujados por niños de orfanatos en Kansk, Krasnoyarsk y Norilsk, por lo que las palmeras también son una especie de experimento arquitectónico.
Este año, el tema del festival fue la ciencia ficción: no solo pensamientos sobre el futuro posible, sino también un análisis de lo que los arquitectos, artistas y escritores futuros vieron hace 100 años y cuáles de sus fantasías y predicciones se hicieron realidad.
Uno de los eventos centrales del festival de arquitectura fue la exposición interactiva «Alexei Gastev. Panorama expreso». Hace cien años, el revolucionario, poeta e innovador ruso escribió un ensayo sobre las perspectivas del desarrollo de las ciudades siberianas. Por ejemplo, según la opinión de Gastev, Kurgan es la cocina de Siberia, Kuznetsk (Novokuznetsk) es el centro industrial de la región, una ‘Steel City’ con industrias poderosas, y Krasnoyarsk es el cerebro de Siberia, un importante centro científico y cultural. Cada visitante de la exposición tuvo la oportunidad de decidir si sus predicciones se cumplieron.
El director del festival Pavel Labazov confirmó que llegó un momento en el que no sabían si iba a ser posible seguir organizando el evento: «No sabíamos dónde obtener dinero para llevar el programa a Kansk. Y de repente, ¡por primera vez en 16 años! – tenemos un patrocinador general, Siberian Generating Company, gracias al cual pudimos mostrar todo lo planeado en Kansk, y también podremos llevar películas a otras ciudades de Rusia. ¡Y esto es increíble!».
Cine en el bosque
«Lo que también es increíble es que algunas proyecciones se realizan en el bosque, utilizando una pantalla inflable. Esto se hizo a pesar del frío, al estilo siberiano -durante el festival por la noche era justo por encima de cero-, los miembros de la audiencia estaban sentados en un banco de madera, envueltos en mantas y bebiendo té de hierbas», informó Labazov.
«Durante las proyecciones de películas al aire libre, todos nos hemos dado cuenta de que el calor es muy importante en Siberia», dice Anastasia Dyakova, subdirectora de la sucursal Krasnoyarsk de la Siberian Generating Company, que opera la planta Kansk CHP, la mayor fuente de calor de la ciudad.
«Descubrí que hay mucho en común entre la ingeniería de potencia y el arte», expresó Anastasia.
«Ambos dan energía para la vida. El objetivo principal del festival Kansk es hacer que una audiencia piense, y si sucede, el impacto ya se habrá producido. Creo que el significado de estas películas me proporcionará inspiración y apoyo en la vida y el trabajo durante bastante tiempo», subrayó.
«Me impresionó particularmente la instalación forestal de Bertrand Gosselin, que crea un cuento de hadas al combinar ingeniosamente la luz y los árboles. Esto es algo cercano a la ingeniería energética en espíritu y esencia. The Siberian Generating Company también estableció un premio especial: «Cinergy» (cine + energía), ganado por un cortometraje «Update / Delete» dirigido por Alexey Ilyin y Grigory Kalinin, que fue filmado en forma de video callejero, donde se tomaron fotos fragmentarias, que en última instancia, desarrolló una historia dramática profunda.
El palmarés
El Gran Premio del festival: el Golden Palm Pruner fue a dar a la película del director surcoreano Song Joo-sung ‘Girl At The Door’, que habla sobre los intentos de resistir la violencia doméstica. El segundo lugar fue ocupado por ‘Atlas de los edificios heridos’ de Thadeusz Tischbein (Alemania), y el tercero fue el drama plástico ‘Vernae’ de Ethan Folk (EE. UU.).
Los anfitriones del festival Kansk planean expandirse en el futuro, agregando la cuarta parte, musical, a la lista actual de eventos (festival de cine literario, arquitectónico e independiente).
El Festival Internacional de Kansk se celebra en la ciudad de Kansk en la región de Krasnoyarsk desde 2002.
El festival de varios géneros pretende popularizar la cultura contemporánea en Siberia y combina varias áreas del arte: videoarte, cine experimental, nuevo drama, nueva música, poesía, teatro, arquitectura.
El festival tiene como objetivo desarrollar el lenguaje artístico, apoyar a los jóvenes talentos e introducir nuevos nombres. El festival es una plataforma gratuita para expresiones creativas en cualquier idioma del mundo. El anfitrión del festival Kansk es ‘Studio Videodom’, el patrocinador general es la Siberian Generating Company.
En buena lid el festival de Kansk quiere salvar la ciudad de la inopia y el aburrimiento. Allí parece que solamente pasa el tiempo cuando es época de festival. Esas cosas es capaz de movilizar el cine.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).