Un grupo de científicos de la NASA investigan una enorme explosión nunca antes vista en el Sol que podría ayudar a comprender a fondo las causas de las impredecibles erupciones solares, según informó la agencia espacial estadounidense.
Realmente la erupción no sucedió ayer, ni siquiera esta semana, ni este mes, ni este año. Fue observada con el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA y la Agencia Espacial Europea y el Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA durante los días 12 y 13 de marzo de 2016.
“Este evento es un eslabón perdido donde podemos ver todos estos aspectos de diferentes tipos de erupciones en un pequeño paquete”, dijo en un comunicado Emily Mason, quien es la líder del nuevo estudio, considerada una experta científica solar en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Estas erupciones son causadas por el mismo mecanismo, pero a diferentes escalas”, reconoció.
La explosión contenía componentes de tres tipos diferentes de erupciones solares que generalmente ocurren por separado, por lo que es la primera vez que se tiene noticias de un evento de este tipo. Tener los tres tipos de erupciones juntos en un evento proporciona a los científicos algo así como una Piedra Rosetta solar, lo que les permite traducir lo que saben sobre cada tipo de erupción solar para comprender otros tipos y descubrir un mecanismo subyacente que podría explicar todos los tipos de erupciones solares.
Las erupciones en el Sol generalmente se presentan en una de tres formas: una eyección de masa coronal, un chorro o una erupción parcial. Las eyecciones de masa coronal (CME) y los chorros son erupciones explosivas que arrojan energía y partículas al espacio, pero se ven muy diferentes. Mientras los chorros entran en erupción como columnas estrechas de material solar, las CME forman enormes burbujas que se expanden, empujadas y esculpidas por los campos magnéticos del Sol.
Las erupciones parciales, por otro lado, comienzan a erupcionar desde la superficie, pero no conjuran suficiente energía para salir del Sol, por lo que la mayor parte del material vuelve a caer sobre la superficie solar.
En la erupción inédita los científicos vieron la eyección de una capa caliente de material solar sobre una región magnéticamente activa en la superficie del Sol. La eyección era demasiado grande para ser un chorro, pero demasiado estrecha para ser un CME. Media hora después, una segunda capa más fría de material en la superficie también comenzó a erupcionar desde el mismo lugar, pero finalmente volvió a caer como una erupción parcial. Ver una erupción con características tanto de chorro como de CME les dice a los científicos que probablemente sean causadas por un mecanismo singular.
El fenómeno le dice a los científicos que ocurren erupciones parciales en el mismo espectro, pero encuentran un limitador aún desconocido que restringe su energía y no les permite salir del Sol.
Comprender el mecanismo detrás de estos eventos, especialmente las CME, es de vital importancia para predecir cuándo una gran erupción podría causar interrupciones en la Tierra. Las CME, en particular, liberan grandes nubes de partículas cargadas de alta energía y campos magnéticos que fluyen a través del sistema solar y pueden resultar en el clima espacial: una tormenta de partículas de alta energía y actividad que puede ser peligrosa para los astronautas y la tecnología en el espacio y, en casos extremos, redes de servicios públicos en la Tierra.
Encontrar un detonante podría permitir a los científicos predecir cuándo una gran erupción podría amenazar a la Tierra y Marte con varias horas de anticipación, lo que brinda tiempo suficiente para que los astronautas y los operadores de naves espaciales tomen medidas de precaución.
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