SD. La masculinidad está en crisis y, paradójicamente, muchos piensan que esto es un problema social, mientras otros creen que es psicológico o un asunto de género. Yo estoy segura de que es todo esto que además afecta terriblemente la vida sexual de la pareja.
Durante años, hemos pensado que ser hombre es ejercer las famosas tres “p”:
Proveedor
Preñador
Protector
Nada más lejos de la verdad. A la mayoría de los hogares en el mundo los mantiene una mujer. Ya ni siquiera necesitamos un hombre fértil para tener un hijo. Inseminación artificial es una respuesta moderna a mujeres que quieren tener un hijo y van a un banco de esperma. Con lo delicioso que es el método antiguo.
La mujer sigue anhelando que la protejan. Somos unas románticas empedernidas y en el fondo seguimos añorando que el príncipe nos “rescate”.
La realidad es que cada vez más tenemos que aprender a protegernos solas, porque tanto se han confundido los hombres, que ya ni saben si protegernos. La nueva mujer los asusta, les da miedo. La masculinidad está en crisis.
¿Qué importa quién gana más? Si me siento orgullosa de un hombre trabajador, brillante, al que me encanta contarle cómo me fue en el día y oír sus consejos, no importa que gane más que él.
¿Cuál es el punto? El poder, creemos que quien más dinero gana, tiene más poder. El poder está en el nosotros, reside en esa cosa tan bella que surge de estar juntos, que es mucho más que lo que podemos ser estando solos, cada uno por su lado. El meollo del asunto es una verdadera comunicación.
¿Quién dijo que padre es quien embaraza? Padre es el que cría, el que seca las lágrimas, el que cuida la fiebre del niño sin dormir, el que juega con él y lo baña. El mundo está lleno de niños que nacieron de un “preñador” que nunca supo ni cuántos hijos tuvo. ¿Fue padre?
La única “p” válida es proteger, pero ojo: la mujer también debe y puede proteger al hombre que ama. No puede existir intimidad verdadera si él no sabe llorar en su regazo. Que hermoso es dar apoyo emocional a quienes amamos, no importa si es hombre o mujer.
No hay que olvidar que el sexo es muy importante para el hombre. El hombre usa el sexo como una forma de estar “cerca” o mostrar amor y afecto. Los hombres no necesariamente quieren estar emocional o físicamente “cerca” de su pareja después de tener sexo. Todo lo contrario a las mujeres.
Durante esta época de transición, los hombres y la masculinidad están en crisis; o los educamos o nos quedamos solas. Ellos no cuentan con las destrezas necesarias para relacionarse con esta nueva mujer.
Nunca olvidaré lo que me dijo una amiga: “Ya eduqué a mis hijos, no voy a educar a mi marido también”. Lo siento, amiga, no hay otra salida. ¡A menos que se olvide del chaca-chaca y se quede sola en la vejez!
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.