MADRID. Una investigación realizada por un grupo científico de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) ha identificado, por primera vez, los mecanismos a escala molecular implicados en el incremento del riesgo de desarrollar esquizofrenia, que se produce tras el consumo de cannabis, según un trabajo científico en una revista especializada.
El equipo de investigadores ha mostrado a la comunidad internacional las alteraciones que se producen en las neuronas de la corteza cerebral de ratones tratados crónicamente con THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis. Esta investigación, publicada en la revista especializada Neuropsychopharmacology, abre vías para generar estrategias de prevención, así como diseñar fármacos y terapias que mejoren la vida de las personas con esquizofrenia.
El equipo liderado por la doctora Leyre Urigüen, miembro del mencionado centro académico vasco, analizó los cerebros de ratones a los que se les empezó a administrar THC de forma crónica durante la “adolescencia”, un periodo crítico para el desarrollo de su cerebro.
Estudios en la corteza cerebral
Los investigadores del CIBERSAM detectaron alteraciones en el receptor de serotonina 2A, principal responsable de que se produzcan las alucinaciones características de la psicosis y la esquizofrenia, al estudiar la corteza cerebral de estos ratones, dice la revista.
Los científicos encontraron que este receptor proalucinógeno aumenta su funcionalidad tras el tratamiento crónico con cannabis.
Según la jefa de equipo: “el objetivo final es identificar la existencia de cambios moleculares similares en personas que consumen cannabis para poder relacionarlos con el riesgo de desarrollo de psicosis o esquizofrenia; y, por otro, generar nuevos fármacos que mejoren la sintomatología de los pacientes con esquizofrenia”, concluyó la Dra. Urigüen.
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