MIAMI. Un reciente estudio publicado por la Asociación Nacional de Industrias Cárnicas de España (ANICE), reveló, por primera vez, que el consumo de Jamón Ibérico mejora la salud cardiovascular.
Sí, el famoso “jamón de pata negra”, que su nombre correcto es “Jamón Ibérico” (haciendo referencia a su raza), se destaca por primera vez, no sólo por su valor en el aspecto culinario y nutricional, sino por sus beneficios para la salud.
Aportan aminoácidos esenciales y vitaminas del grupo B y vitamina E. Son ricos en hierro, fósforo, potasio, magnesio y zinc, destacando su elevado contenido en ácidos grasos insaturados (acido oleico). Además, actúan como potentes antioxidantes por su alto contenido en polifenoles. Por eso se compara en ocasiones con las propiedades de un buen aceite de oliva.
Hasta ahora todos estos beneficios eran una hipótesis, pero después de este estudio, se demostró eso y mucho más, según el Dr. Sabán, director de la Unidad de Endotelio y Medicina Cardiometabólica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
El estudio certifica que los Jamones Ibéricos pueden ser introducidos en la dieta sin ganar peso o incrementar los niveles de triglicéridos y prolonga los efectos positivos hasta seis semanas después de haber suspendido el consumo. Por lo que también reveló que el cuerpo tiene “buena memoría” en cuanto al consumo de Jamón. Por tanto, incluir Jamón Ibérico en la dieta de forma habitual y controlada, protege y/o mejora la salud.
“El consumo de Ibérico es parte de nuestra cultura, siempre hemos sabido que es saludable, pero ahora estamos más que felices de poderlo certificar con este estudio y compartirlo con el mundo”, comenta Santiago Martín, presidente de Fermín Ibérico, la primera marca en llegar a EU con este producto.
En el estudio se analizaron el Jamón Ibérico de Bellota que el consumidor identifica por una etiqueta negra (un cerdo de raza 100% Ibérica que consumió Bellota) y un Jamón Ibérico que se encuentra en empaques blancos o verdes (un cerdo de 50% raza Ibérica, que consumió pasto y/o cereales).
En ambos casos, tras consumirse una dosis regular de Jamón Ibérico y Jamón Ibérico de Bellota en una población sana, se llegó a las siguientes conclusiones:
No se gana peso, se reduce ligeramente la cintura abdominal y la grasa corporal.
El perfil lipídico (LDL, HDL y triglicéridos) no se altera y los triglicéridos, se reducen en 4 puntos.
Disminuye la presión arterial y mejora la microcirculación.
Mejora en el riesgo cardiovascular.
Así que ahora, a disfrutar de un pedazo de Jamón Ibérico con una copa de Cava y a brindar por la salud de todos.
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