Colaboración especial de Leopoldo Maler para Nota Clave
A mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado los niños solo tenían a su alcance un único entretenimiento mediático: la radio.
Todo en sus transmisiones era verdad. La música interpretada por orquestas presentes en la emisora; los radioteatros con actores de carne y hueso narrando emociones in situ, y las grandes series de misterio y aventuras que todo niño escuchaba religiosamente, aunque los horarios fuesen nocturnos y la prohibición paternal inflexible.
Teniamos a la sazón unos 7 años. Uno de nuestros compañeritos de la primaria llegó una mañana con una noticia muy valiosa: por Radio El Mundo cantaba un intérprete cubano quien a la vez se acompañaba “¡¡¡tocando el piano!!!”. ¡¡¡Eso no lo hacia ni Frank Sinatra!!!
Fue automático. Nos hicimos “fans” del fenómeno que respondía al nombre de Bola de Nieve. No nos perdimos ni una noche de sus interpretaciones, contratadas para celebrar la inauguración de la mencionada emisora.
Tres décadas más tarde dejé Buenos Aires para radicarme en Londres. Allí fue donde conocí una distinguida dama cuyas peñas con artistas de vanguardia fueron inolvidables. Ocurría que también era embajadora de Cuba en Gran Bretaña, hecho que recordábamos cada vez que éramos obsequiados con habanos de primera calidad.
Doña Alba Grillón – tal su nombre-, nos narró que dado su estado civil de soltera Fidel Castro consideró que aun necesitaba una chaperona y nombró también a su mamá con cierto rango diplomático para que la acompañara.
Con un gesto poco comunista, pero comprensible por las relaciones comerciales tan importantes entre Londres y La Habana ( especialmente en elementos de transporte Leyland) la embajadora ofreció una increíble recepción en el Hotel Dorchester a principales hombres de negocios británicos en celebración del Día de la Revolución cubana.
Hermosas mujeres confeccionaban inmejorables puros que obsequiaban a los presentes y un famoso barman cubano fue trasladado a Londres para ofrecer mojitos de ensueño.
Fue entonces que percibí una maravillosa música cantada. Me acerqué al intérprete quien se acompañaba al piano en sus sones.
¿Quién es?, pregunté. “Bola de Nieve”- fue la respuesta.
Solo esperé a que terminara su canción y me lancé a su lado con una emoción incontenible. “Ud fue nuestro ídolo desde hace más de treinta años”- le dije.
Me abrazó y me susurró al oîdo con gran picardia: “Chico, ¡¡¡es que yo canto desde que era blanco!!!” Y cerró la frase con una carcajada llena de luz.
Un año mas tarde partía de este mundo. Pero ese encuentro revivió un atesorado recuerdo de mi infancia renovado con el humor eterno y la magia inimitable de su música.
(N. del E.) Leopoldo Maler es un destacado artista argentino radicado en República Dominicana desde que fue llamado para inaugurar como director la Escuela de Diseño de Altos de Chavón. Estudio cine en Londres y fue pionero a nivel mundial de las instalaciones y performances
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