El fundador del periódico El País, Juan Luis Cebrián, quien fuera consejero delegado del grupo Prisa, entre otras funciones, sostuvo un encuentro con un grupo de intelectuales y periodistas, en la sede de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, por invitación de su presidente Leonel Fernández.
En el encuentro con el experto en comunicación quien viajó al país para participar en el Foro Global del Conocimiento, que se realizará en La Romana esta semana, quedó claro que la transformación que está sufriendo el mundo es más profunda todavía de lo que se imagina. En ese foro él expondrá sobre cómo esto va afectar al periodismo en general y a la formación de la opinión publica en las democracias. «Sin opinión pública no hay democracia posible», sentenció.
«Estamos ante un verdadero cambio de civilización», afirmó. Los cambios afectan el conocimiento, el diálogo social y a la función del periodismo, a partir del surgimiento del Internet, tal y como él y un grupo de expertos dejaron establecido en el libro La Red (1997).
Recordó que la imprenta fue un invento democrático, generó la interpretación libre de la Biblia, «las Biblias comenzaron a llegar a las casas, y con ello, los intérpretes oficiales de la Biblia, que eran los monjes y copistas comenzaron a desaparecer, dejaron de tener el poder de interpretación», dijo. Hasta dejaron de construirse monasterios. Es decir, la imprenta puso al alcance de la gente, la sabiduría, el conocimiento y el diálogo. Comenzaron las guerras de religión, y hasta bien entrado el siglo XVIII no empezó la Ilustración a poner orden en lo que estaba sucediendo en la sociedad. La primera declaración parecida a la necesidad de libertad de expresión fue una declaración del parlamento británico en 1689, donde defiende la libertad de palabra de los parlamentarios, frente al poder de La Corona. Pero de hecho hasta mitad del siglo XVIII no se publica algo parecido a los periódicos de hoy día.
Manifestó que la prensa es una institución básica del sistema democrático representativo. Y es tan importante o más que la existencia de partidos. Sin una prensa libre que controle los excesos del poder y pueda permitir la formación de una opinión pública, no puede haber elecciones libres. La democracia también se ha ido perfeccionando a lo largo de estos dos siglos. La democracia es un régimen muy joven. No tiene apenas más que 100 años de existencia, porque de los 200 años que le atribuimos, durante todo el siglo XIX las mujeres no tenían derecho al voto en ningún país del mundo. Solo a partir de la I Guerra Mundial, hay democracias que reconocen el derecho al voto de las mujeres. Es un régimen muy joven basado en la opinión pública y que está amenazado por una invención tecnológica tan importante o más que la de la imprenta, que es Internet. Mucho más democratizado que la imprenta.
«Ahora todo el mundo puede decir lo que quiera, dónde quiera, y dirigirse al mundo entero, Ese es el aspecto democrático de Inter¡net, lo que se llama dar poder al pueblo. Lo que es Intener. Que es igualitario y muy participativo». expresó a llaves que reconoció que «con ellos aparecieron unos problemas con los que no podíamos ni imaginarnos», y mencionó a la postverdad, las fakenews, la concentración de poder informativo, la percepción de que ya no sabemos lo que es verdad ni lo que es mentira, la falta de rigor, de regulación, el desorden.
La amenaza real sobre la democracia
Cebrián mencionó que en los siglos XVI y XVII después del surgimiento de la imprenta, ocurrió un desorden guerrero y violento. «Ahora las guerras son cibernéticas, pero no por eso menos destructivas y menos amenazadoras para el porvenir de la democracia». Recordó más adelante que en el siglo XX las compañías mas poderosas del mundo en el siglo XX eran de los sectores petrolero o financiero. Y hoy día las cinco más importantes compañías del mundo son del sector tecnológico.
El destacado periodista español comentó acerca de la postverdad y las fakenews. Y dijo que «en Internet hay una capacidad de poder, directamente relacionada con la profesión de comunicador o periodista, que se nos está escapando de las manos y que está generando contradicciones formidables con el ejercicio de la democracia, que está afectando a la formación de la opinión pública y que esta afectando a las decisiones electorales y de los votantes».
«La postverdad no es una mentira, en contra de lo que la gente piensa, es una verdad emocional, lo cual es mucho más complicado… El que publica una postverdad piensa que es verdad. No es lo contrario de lo que él siente. Es todo lo contrario de lo que él vive. Y por lo tanto, coincide con lo que mucha gente quiere oír. La verdad tiene directa relación con el fenómeno cultural en el que estamos inmersos, que es una pelea dura, entre la Ilustración (el mundo de la razón), y el mundo de la identidad y de los sentimientos».
Comparó lo que ocurre con lo ocurrido a principios del Siglo XIX cuando después de la Revolución cultural e industrial, apareció la Ilustración e inmediatamente aparece el romanticismo, que era lo que es la postverdad actual.
Reconoció que la verdad es una palabra compleja de las narraciones. Ahora la derecha y la izquierda están en la guerra cultural que es una guerra de relatos.Y eso contagia a los medios de comunicación y al sistema institucional que debe informar a la gente.
La postverdad y las fakenews
«La postverdad es hija del postmodernismo. La filosofía postmoderna llega a la conclusión de que la verdad es un constructo social. La verdad no es algo que existe ahí, que podamos conocer. Sino algo qu construimos entre todos nosotros y decidimos que es la verdad. Y por lo tanto la postverdad en periodismo es también un constructo social, algo que los generadores del relato -del relato político, cultural, económico, el que queramos determinar, es el que decide y es el que funciona», apuntó Juan Luis Cebrián.
«La fakenews si es noticia falsa, son noticias inventadas, bulos, rumores. Siempre han existido. Lo que pasa es que antes un periódico o un programa de televisión, publicaba un kakenwes o se inventaba bulos o extendía un rumor y tenía una incidencia importante, pero en un entorno siempre limitado… Ahora eso corre como la pólvora en cuestión de segundos, por todo el mundo», expresó al mencionar que existen fábricas de mentiras, calumnias y rumores, en algunos casos financiadas por gobiernos poderosos.
El petróleo del siglo XXI son los datos de las personas. Ahí está el poder político, el poder económico y el poder comunicativo, sentenció.
La financiación para el periodismo
Mencionó Cebrián otro grave problema para el periodismo tradicional: la financiación, ya que la publicidad ha desaparecido de los periódicos. Recordó que el Financial Times pertenece a una fundación japonesa en estos momentos. Al Jazeera que es una poderosa red de televisión es del estado qatarí. La BBC es una televisión pública, que siempre entran en conflicto con las decisiones políticas. Por lo que el periodismo profesional independiente tiene unas dificultades enormes para financiar. Cada vez hay menos corresponsales en los lugares de conflicto y se está deteriorando la calidad del periodismo.
«Lo que ha pasado es que en vez de que el periodismo profesional -que tiene unos estándares establecidos, muy severos, en cuanto a la comprobación de las fuentes, el rigor de los datos, el qué y el quién, el cómo el cuándo el por qué y el para qué- eso ha desaparecido de la red. Pero en vez de que el periodismo profesional haya contaminado a la red, ha sido la red la que ha contaminado al periodismo profesional, a todos los medios tradicionales. Por lo tanto estamos ante una crisis del sistema», señaló el reconocido periodista.
No obstante quiso dejar un mensaje optimista. «Seguro pondremos orden. El Internet es un bicho muy joven, apenas tiene 30 años de vida. Entonces habrían unos 20 mil usuarios, hoy hay 5 mil millones. Y pondremos orden pero Noel año que viene, ni dentro de dos años ni de cinco. Llevamos 30 y en vez de dos siglos esto nos lleve medio siglo. La transformación es más importante que la que produjo la imprenta».
Aseguró que el lío en que estamos metidos va seguir un rato. Y la democracia va a seguir amenazada.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).