Ha muerto en un hospital de Nueva York Johnny Pacheco, el creador de la salsa, a los 85 años de edad, por culpa de una neumonía que lo mantuvo ingresado desde hace algunos días.
Johnny Pacheco (25 de marzo de 1935-15 de febrero del 2021) ha sido el músico dominicano más influyente de todos los tiempos, creador de un género que llegó a los rincones más remotos de la Tierra y que incluso llegó al cosmos en grabaciones enviadas a astronautas en la Estación Espacial Internacional.
Pacheco era hijo de Rafael Azarías Pacheco quien en era director y clarinetista de la Orquesta Santa Cecilia y de Octavia Kiniping Rochet (bisnieta del comerciante alemán Wilhelm Knipping y nieta del colono francés Cristophe Rochette). De su padre de quien recibió su primer instrumento musical. A los once años emigra con su familia a Nueva York donde aprendió a tocar instrumentos de percusión en la Academia Juilliard.
El 27 de abril del 2004 en una entrevista que le hice para el periódico Diario Libre, escribí lo siguiente:
«Nacido en Los Pepines, el niño Johnny escuchaba las radionovelas que oía su mamá en un radiecito de ondas cortas. Era una emisora cubana que pasaba aquellas radionovelas de Iris Dávila o Félix B. Caignet, el mismo autor de «Frutas del Caney».
«Después de las radionovelas -afirma Johnny Pacheco- quedaba música cubana y aquella música se me fue metiendo en la sangre, hasta el día de hoy. Pero mis maestros en la flauta fueron dos cubanos Richard Egüez con la Orquesta Aragón, y José Fajardo. A mí siempre la música que me gustaba era la cubana. Por eso es que cuando llegó el momento de la salsa, la música cubana siendo la base, nos dio posibilidades de echarle un poco de aquí y de allá. Fíjate si es así que en las Estrellas de Fania siempre han habido dominicanos, puertorriqueños, cubanos y hasta dos judíos y un inglés», explicó a DL entre risas.
Pacheco, la trascendencia
En 2009 escribí sobre Johnny Pacheco pidiendo el Gran Soberano para él.
«Difícil encontrar un músico dominicano que haya realizado un trabajo tan trascendente, internacional y culturalmente hablando como Johnny Pacheco.
Si existe la salsa como uno de los géneros musicales más influyentes del mundo hoy día, se debe justamente a su luz larga, a su talento de músico y empresario.
La salsa es una marca, gracias al talento de catcher de Johnny Pacheco para recibir la bola lanzada por un locutor venezolano que ya casi nadie recuerda.
Pacheco reconoce que la salsa es, en esencia, música cubana. Pero su grandeza está en haber sabido combinar las dosis exactas de uno y otro ritmo del Caribe, para conformar una mezcla explosiva, brillante, nuestra, con la cual juntos todos, dominicanos, puertorriqueños, cubanos, colombianos, venezolanos, panameños, etc, le hemos dado la vuelta al mundo.
Johnny Pacheco, deudor como flautista de Richard Egües, Fajardo y Arcaño es, -como si eso fuera poco-, el creador, junto a Jerry Masucci, de una de las agrupaciones más trascendentes del mundo salsero, la mítica Fania All Stars, y fue quien durante años respaldó con arreglos y dirección musical a quien fuera la Reina de la Salsa, doña Celia Cruz.
Allí, adonde no ha llegado ningún otro artista dominicano de los tantos trascendentes que han poblado y pueblan esta media isla, ha llegado Johnny Pacheco, conocido en todos los continentes: desde África, donde electrizó en la década del 70 desde Zaire con la Fania, hasta Japón, Australia, toda Europa y todo el continente americano».
Yo soy la salsa
En abril del 2014 se realizó el documental Yo soy la salsa, estuve allí y escribí esta crónica_
«La verdadera cumbre de la salsa tuvo cobija la noche de pasado martes en el teatro la Fiesta del Jaragua, en ocasión del homenaje a Johnny Pacheco, «Yo soy la salsa», con artistas de distintas nacionalidades y generaciones.
Oscar D’ León (Venezuela), y los integrantes de La Fania All Stars, los boricuas Cheo Feliciano, Ismael Miranda, Adalberto Santiago, Roberto Roena, Isidro Infante, Héctor Zarzuela, Charlie Rodríguez, Luis Perico Ortiz, Bobby Valentín y Niki Marrero, le regalaron al mestro un rumbón, junto a los dominicanos José Alberto «El Canario», Cuco Valoy, Ramón Orlando, Milly Quezada, Adalgisa Pantaleón, Michel, Sexappeal, David Kada, Yanfourd y Ruth, además de Mozart La Para y una sorprendente Amara la Negra.
El espectáculo grabado en video para un documental, lo dirigió Andrés Van Der Horst, con el respaldo de Caribbean Cinemas , Banco de Reservas y Ministerio de Cultura.
El espectáculo, donde faltaron bailarines (porque bailadores sobraron en la pista), arrancó con Milly y Quimbara (un himno de Celia Cruz), seguida por Alex Matos en Tíralo al revés; Amara en Cucala, y Sexappeal en La cosa prieta, todos temas del repertorio cubano de las décadas del 40 y 50. Adalgisa hizo una buena versión de Toro mata, mientras Canario cantó La esencia del guaguancó y Michel removió al público con Las muchachas. Cuco Valoy cantó Agua de Clavelito (con improvisaciones de Mozart La Para), y Oscar D’León apareció en escena con Sonero; para dar paso a Las Estrellas de la Fania que interpretaron La Anacaona y El ratón (Cheo); Canto a Maria Luisa y Así se compone un son (Ismael); y un Quítate tú donde, el mismísimo Pacheco coreó durante buen rato. Después (sin sentido) Yanfourd, David Kada, y Ruth La Cante hicieron Mi gente». (2014)
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).