Joaquín Sabina ha perdido con la Agencia Tributaria. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha desestimado tres recursos de sociedades relacionadas con el cantante por distintas inspecciones de Hacienda, ha anunciado el periódico español El Confidencial este sábado.
El cantautor intentó desligarse de una de las empresas presentando un contrato firmado en Londres en 1992 pero el tribunal no lo ha considerado creíble. En 2014, el agente del cantante admitió que Hacienda le había requerido tres millones de euros pero que iba a pleitear. O sea que el tira y jala con los de hacienda cuenta ya cinco años.
Los recursos por las inspecciones se bifurcan a veces en distintos procedimientos y los primeros han sido contrarios al compositor, dice el texto.
En 2017, en la canción autobiográfica ‘Lo niego todo’ Sabina confesaba sus problemas con Hacienda. «El tiburón de Hacienda / Confiscador de bienes / Me ha cerrado la tienda / Me ha robado el mes de abril». La tienda es presumiblemente Ultramarinos finos, una de las sociedades, junto con Relatores y El pan de mis niñas, con las que cobraba sus derechos de autor.
El pasado mes de enero, la SGAE denunció a la fiscalía que Sabina usaba estas sociedades para cobrar sus derechos de autor. Sin embargo, la fiscalía de delitos económicos de Madrid remitió el caso a Hacienda porque no veía delito. En realidad Sabina es un viejo cliente de los inspectores, que llevaban años rastreando todas sus empresas. En 2014, el representante del cantante admitió que había pagado tres millones de euros para poder recurrir las actas de Hacienda. «Para pleitear con Hacienda, lo primero que hay que hacer es poner el dinero. Esto está hecho. Si ganamos, nos lo tendrán que devolver», afirmó entonces, recuerda El Confidencial.
La discrepancia estaba, como en el de muchos actores, deportistas y presentadores, en el uso de sociedades para cobrar sus derechos de forma que tributaran menos que si lo hubieran recibido como persona física. Entre diciembre y enero pasado las sociedades perdieron los primeros pleitos en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En estos casos, según la cuantía, unos recursos van al TSJ y otros, en los que hay en juego más dinero, van a la Audiencia Nacional. En este tribunal han perdido ya Gerard Piqué, y otros famosos españoles.
Una de las sentencias, del pasado mes de enero, detalla que Sabina cedió derechos de autor a la empresa Relatores pero que esta no pagó nada por esos derechos. Relatores ingresó así 544.497 euros en 2008, 595.409 euros en 2009 y 284.212 euros en 2010. El cantante alegó que se había desligado de Relatores con una venta de acciones en Londres en 1992, pero ni el Tribunal Económico de Hacienda ni el abogado del Estado compran esa versión. Consideran inverosímil esa venta de acciones «la cual permanece oculta más de 20 años y solo sale a la luz con ocasión de la liquidación» de Hacienda, dice el artículo firmado por Rafael Méndez.
La defensa de Sabina insistió en que no tiene el 92,22% de las acciones de la empresa, como sostiene Hacienda, sino de solo el 0,0001% del capital social. Para ello aportó un contrato firmado por un notario de Londres. Pero el TSJ comparte el criterio de Hacienda. Según la sentencia, que un notario haya certificado la firma de Sabina «carece de la eficacia pretendida» y «no puede producir efectos jurídicos».
Hacienda está ganando la mayoría de estos casos en los tribunales. Los jueces aceptan que haya sociedades profesionales pero siempre que retribuyan a precio de mercado los servicios del titular. En el caso de Sabina, que le pagaran por los derechos de autor de sus obras a un precio aceptable o que la sociedad tuviera medios y operara realmente como tal. Así fue como María Teresa Campos ganó a Hacienda, ya que su productora sí tenía empleados y aportaba valor a la sociedad.
Sabina usaba el servicio del bufete Nummaria, que fue intervenido por la Audiencia Nacional porque se dedicaba a eludir impuestos de grandes fortunas como las de Imanol Arias o Ana Duato. Un portavoz de Sabina atribuye los problemas con el fisco a este despacho y afirma que tras cambiar de asesor «ya está todo arreglado». Admite que ha perdido esos tres contenciosos con la Agencia Tributaria pero se niega a comentar los procedimientos.
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