El actor, dramaturgo, director y productor teatral Giovanny Cruz ofreció una amena conversación sobre el teatro y la actuación teatral, que fue conducida por la importante actriz dominicana Lidia Ariza, en un espacio que desde Teatro Las Máscaras ofrece todo los miércoles vía streaming.
«Ningún personaje es fácil», apreció Giovanny Cruz, quien ha tenido sus mayores retos como actor en las obras El Vestidor y Calígula. «Los actores jóvenes no manejan del todo bien este proceso: un actor jamás debe juzgar un personaje, debe intentar comprenderlo», sentenció.
Acerca del olvido de la letra, algo que le ocurre a los actores, Nota Clave quiso conocer si le había sucedido y cómo era capaz de salir del trance.
«Puedo decir como actor que jamás… ¡pero eso es mentira! Eso es entre nosotros, mentira. A todos los actores en algún momento se nos ha traqueteado el texto. Y ocurre porque falla el monólogo interior (que voy a explicar ahorita); en ese caso un actor de formación ha sido enseñado a cómo reaccionar en un caso así. En las aulas no les gusta mucho a los maestros hablar de eso. Porque se supone que no. Pero va a ocurrir. Entonces yo sí trato de al actor prepararlo para ese fenómeno. Y entonces hay lo que se llama ‘situaciones atípicas’. En ese caso lo primero que debe tener pendiente un actor es no correr», explicó.
«Con la presión que el actor siente porque se le olvidó el texto, él debe calmarse. Siempre le digo a mis actores: ‘A ti. no se te puede olvidar un texto, yo soy capaz de matarte por eso, pero si se te olvida, recuerda que el público no conoce el libreto’. Entonces, si el actor maneja con naturalidad, si espera, a veces algún actor viene en ayuda de un compañero que le da el pie. Amarilys Rodríguez es famosa apuntando dentro de una obra la letra a un actor que se le olvidó… Es genial, es genial. Amarilys es genial. Y lo hace porque a todos nos va a pasar. A mí me pasó en Marac. El personaje era tan tenso. Yo era un esquizofrénico y salió. No recuerdo en qué momento fue que se me fue la letra, sabía el texto, pero no salía, no salía. Y entonces entró Mefistófeles, que era una especie de narrador en la obra, y dijo ‘y entonces Marac dijo y planteó tal cosa…’ me dio el pie del texto y yo lo seguí», reconoció en el muy concurrido Live desde las cuentas de Instagram de Teatro las Máscaras y suyo.
A seguidas recomendó: «Si no viene la ayuda externa, calma, cálmate, porque o viene alguien y te ayuda, o se vuela esa página o en algún momento tú lo vas a retomar y sigues. Ahora trata de no traducir que se te olvidó. Y mucho menos si un actor vino a salvarte. No intentes repetir lo que ya se cortó… Un actor debe tener en su proceso ya en escena lo que se llama ‘monólogo interior’. ¿Qué es esto? El ‘monólogo interior’ es aquello que el actor debe estar pensando, cuando está en escenario. Aunque aparenta que dialoga con el público, en algunas obras, él no está en eso. Eso es un recurso, como subir o bajar la voz en escena: es un convencionalismo. El actor tiene que estar pensando siempre para mantener su concentración en cosas de la escena. Si por ejemplo Lidia me dice ‘Giovanny vamos al cine’ o ‘Calígula vamos al cine’, yo me quedo pensando ya en lo que supuestamente le voy a decir, o la actitud que he asumido sobre esa propuesta. Y eso se llama ‘monólogo interior’. No sale al público, pero nos ayuda muchísimo como mantenernos en escena».
Y cerró el tema con esta afirmación: «No somos máquinas, pero eso nos va a pasar. Nos va a pasar. Es igual que muchos maestros le decían a los actores: ‘mira el actor es un tipo que cuando viene al ensayo deja sus problemas enganchados en una clavo. Eso es muy lindo decirlo. Pero no es verdad que los problemas que uno tenga pueda dejarlo enganchados en un clavo. Y si fuera así, lo dejaría en el clavo y me iría para mi casa sin el problema. No es posible eso. Lo que uno enseña a como utilizar esa fuerza, esa energía, esa emoción del problema, a incorporarlo al personaje».
En otro momento, Giovanny se refirió a las intromisiones del público en la obra como por ejemplo cuando alguien en primera fila se ríe de manera desproporcionada que prácticamente hay que detener la escena. O saca al actor de la acción. «Hay un principio del teatro, que si no puedes evitar o disimular un defecto, utilízalo» Y puso de ejemplo un yeso, un accidente, una gripe, la tos…
Mañas de actores
Otra pregunta de Nota Clave fue acerca de las mañas de los actores antes de salir a escena, para tener buena suerte.
«No voy jamás a un estreno que no sea vestido de negro. Una vez lo hice y fue un desastre. Además no permito que donde yo esté vaya gente que no sea del elenco o que no estén directamente relacionados con la puesta en escena, porque me traen muy mala suerte. A los actores no nos gusta que se tosa en escena. Es de mucha mala suerte y trae muchas desgracias», reconoció Giovanny Cruz.
«Los actores somos bastante, bastante dados a buscar las cosas que nos dan suerte. Y la cantidad de estos fenómenos, desde los griegos hasta ahora, están ahí. En muchas partes del mundo no se permite el color amarillo, porque da mucha mala suerte. Y esto viene porque cuando Moliere se murió, en la última obra, salió a morirse en el escenario y tenía puesta una ropa amarilla: se creó la tradición. En Italia, por ejemplo, vestirse de morado era terrible, y tiene mucho que ver conque en un momento determinado, la iglesia prohibía las obras en algunos sitios y sus representantes vestían de morado. Por ahí por Europa hay una tradición, a una actriz jamás se le mandan claveles. Y voy a decir por qué, la tradición fue muy simple pero se ha quedado. Ocurre que en Europa a un actor o actriz le mandaban rosas significaba que su contrato iba a ser renovado; y las despedían con claveles. Entonces los claveles son de muy mal agüero. Los actores somos muy supersticiosos», aseguró el destacado hombre de teatro.
Lidia Ariza anuncio que el tema sesearía motivo de otro encuentro.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).