La pintora belga Francine Holley, una de las primeras cultoras del arte abstracto, murió este sábado 23 de mayo, a la edad de 100 años, anunció el Museo de Arte Abstracto en Jette, que dedica actualmente una exposición homenaje a su vida titulada «Francine Holley, 100 años y más» que seguirá expuesta hasta el 30 de septiembre.
La artista visual había nacido el 23 de noviembre de 1919 en Lieja. Su deceso se produjo en París, donde residía desde que conociera en 1946 a su futuro esposo el arquitecto parisino Michel Holley.
Criada en una familia de músicos, comenzó a pintar a los 18 años. Entre 1937 y 1944 estudiosidades con el pintor Du Monceau. Entró en la Academia de Bellas Artes de Lieja, donde conoció a Georges Collignon, quien la convenció de optar por la abstracción: con lo cual encontró la manera de liberarse de las limitaciones de la figuración.
En París trabajó en el taller de André Lhote, luego en el de Fernand Léger, desde 1950 trabaja en el taller de arte abstracto de Jean Dewasne y Edgard Pillet. Forma parte del grupo belga Abst Art.
En 1953 Francine Holley expuso en la Galería Arnaud de París y en varios museos y galerías de Francia y Bélgica. Desde entonces expuso regularmente en el APIAW en Lieja y en París, en el Salon des Réalités nouvelles, el Salon de Mai y el Salon des Grands et jeunes.
A partir de 1955, su dibujo se volvió más complejo: las líneas crecieron, las formas se engrosaron y ella diversificó su material, utilizando nuevas técnicas como gouache, collage, pasteles, tintas sobre papel mojado, que utilizó desde 1960, y que le trajo nuevas posibilidades en su investigación pictórica.
En 1962 el arquitecto Raymond López le pidió que creara un mural para decorar la entrada a la École Technique Aéronautique de Ville d’Avray.
La década de 1970 llevó a Francine Holley a interesarse por la música desde un punto de vista pictórico, algo que siempre ocupó un lugar importante en su vida.
Una nueva etapa apareció a partir de 1998, con series en blanco y negro donde aparecieron nuevamente formas más simples, más asertivas, más sintéticas y en las que el color se desvaneció en favor de formas más gráficas.
En el año 2007 el museo Roybet Fould de Courbevoie expone una retrospectiva de su obra.
Francine Holley también produjo varias obras para arquitectura, decoración de paredes, esculturas.
Desde la abstracción supo crear no solo su firma sino una universo de líneas y colores que hablan de un estilo muy personal.
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