Esta entrevista la realicé al escritor Mario Vargas Llosa en Santo Domingo el 2 de noviembre del 2004. Faltaban seis años para que el maestro de la literatura iberoamericana recibiera un merecidísimo Premio Nobel de Literatura 2010, el cual, como uno se debe imaginar, deseaba con todas las fuerzas de su corazón, a pesar de que afirmara que «El Premio Nobel hace daño; si viene bien, si no también».
Cuando lo fui a entrevistar, la cortina estaba entreabierta y desde la habitación podía mirar el Mar Caribe. Mario Vargas Llosa cerraba las maletas, esperaba que subieran a recoger su equipaje a la habitación 700 del Hotel El Embajador; se sentía ya en el avión que lo llevaría a España, donde reside de manera permanente y escribe.
De entonces acá ha llovido nada mas que la friolera de 15 años. Por aquellos tiempos era viajero frecuente en República Dominicana, donde incluso festejaba la Navidad con su familia. Después de la conversación, no solo gano el Nobel, sino que el rey Juan Carlos le otorgó el título nobiliario de Márques de Vargas Llosa y en República Dominicana se le otorgó el Premio Pedro Henríquez Ureña, que fue muy polémico por antes haber escrito una novela que para muchos dominicanos es un insulto La fiesta del Chivo (Alfagura, 2000). publicó las novelas Travesuras de la niña mala (Alfaguara, 2006); El sueño del celta (Alfaguara, 2010); El héroe discreto (Alfaguara, 2013); Cinco esquinas (Alfaguara, 2016). Las narraciones infantiles: Fonchito y la luna (2010) y El barco de los niños (2014); los libros de ensayo El viaje a la ficción (2008); el imprescindible y brillante La civilización del espectáculo (2012) y La llamada de la tribu (2018). También las obras teatrales Odiseo y Penélope (2007); Al pie del Támesis (2008); Las mil noches y una noche (2009) y Los cuentos de la peste (2015); además de numerosos libros con su obra periodística, discursos, diálogos, entrevistas, etc. Todo lo cual me habría propiciado sinceramente un tándem de preguntas muy diferentes a estas que leerán.
Entre otras cosas me gustaría preguntarle hoy si sigue sosteniendo la última respuesta de esta conversación.
P: Maestro, ¿qué queda del Vargas Llosa de «La ciudad y los perros» o de «Pantaleón y las visitadoras»? ¿Qué esencias permanecen?
R: Bueno, es la misma persona, sólo que unos añitos más viejo. Con más experiencias, con una perspectiva mayor que dan los años. Pero supongo que permanece una cierta manera de entender la literatura. Mi vocación no se ha entibiado, diría que se ha acentuado un poco más. Y al mismo tiempo, supongo que veo las cosas con un poco más de serenidad, que cuando joven uno las ve más apasionadamente.
P: ¿Cuál ha sido su obra más polémica?
R: La verdad que algunos libros míos han levantado polémicas. Mi primera novela «La ciudad y los perros» levantó muchos problemas en Perú, porque los militares la tomaron muy mal y, curiosamente, no la prohibieron, pero la quemaron públicamente. También «Pantaleón y las visitadoras»; salió cuando en América Latina habían muchas dictaduras militares y entonces el libro tuvo problemas en varios sitios: en el Perú, en Argentina… La primera película que se hizo de «Pantaleón y las visitadoras» no se pudo hacer ni en Perú ni en Venezuela, donde se intentó, y afortunadamente la República Dominicana fue más hospitalaria y fue donde pudimos hacerla.
P: Precisamente, varias de sus obras han sido llevadas al cine, pero parece que ninguna, hasta ahora, ha logrado superar el lenguaje estético de la novela que ha servido de base…
R: Usted sabe que para mí es difícil juzgar, porque uno no tiene la perspectiva suficiente. De todas las adaptaciones que se han hecho yo solamente participé en una, la primera filmación de «Pantaleón y las visitadoras». Me autocritico y reconozco que contribuí seguramente con mi inexperiencia a que la película no saliera como esperábamos. Por eso mismo, no he querido intervenir en ninguna de las posteriores. Digamos, he dado las autorizaciones, pero no he participado ni en el guión ni en la realización.
Algunas de las adaptaciones a mí me han parecido bastante fieles, como por ejemplo la adaptación que hizo Francisco Lombardi de «La ciudad y los perros».
P: ¿Qué espera de la película que se rueda actualmente «La fiesta del chivo»?
R: Tengo muchas esperanzas, muchas ilusiones de esta versión que está haciendo Luis Llosa de «La fiesta del chivo».
Yo conozco la primera versión de guión; la definitiva, no, porque se le han hecho varias enmiendas al adaptarlo al inglés. Pero sí he conversado mucho con Lucho (Luis Llosa) y conozco la ilusión, el empeño que ha puesto en este proyecto. Y la verdad que lo que he visto estos días y la impresión general que he sacado es muy alentadora. Tengo la impresión de que todo está funcionando bastante bien, el equipo se ha integrado muy bien, es un equipo muy cosmopolita, es un caso de globalización en pequeño, porque hay como ocho y hasta 10 nacionalidades representadas en el elenco y el equipo, pero todos están trabajando con mucho entusiasmo y mucha ilusión.
P: ¿Y como obra literaria, «La fiesta del chivo» cómo usted la considera?
R: Yo creo que «La fiesta del chivo» aunque tiene sus raíces en la realidad dominicana, describe sin embargo un fenómeno que, por desgracia, fue continental y en cierta forma desborda el continente, que es el fenómeno del autoritarismo, de las dictaduras, de los caudillismos, de los sistemas verticales que reprimen, que censuran, que matan, que alienan profundamente una sociedad. Quizás en el caso de Trujillo eso se dio de una manera más extrema y con una crueldad particular, pero el fenómeno es internacional. Casi no hay país latinoamericano que se haya librado de haberlo padecido en algún momento de su historia.
De manera que yo creo que la novela desborda lo netamente dominicano, e incluso lo puro latinoamericano.
P. ¿Cómo usted valora la literatura latinoamericana actual?
R. La veo con mucho optimismo, creo que es una literatura que está en muy buen pie y justamente una de las características que tiene es la diversidad. A diferencia de tiempos atrás, donde solamente se hablaba de la literatura del «realismo mágico»… Hoy en día no hay una tendencia dominante. de verdad que hay una enorme diversidad, de temas, de estilos, de preocupaciones.
P. ¿Qué escribe ahora Vargas Llosa?
R. Apenas terminé este ensayo, empecé una novela, en la cual trabajo y de la cual no le doy detalles, porque seguramente va a cambiar todo sobre la marcha. Pero ya comienzo a trabajar sistemáticamente en ella.
P. Una última pregunta. Hay quien dice que el Nobel es un ejercicio de paciencia. ¿Usted la tiene?
R. Los escritores no deben pensar en el Premio Nobel. Si algún día lo obtienen, pues bien, y si no lo reciben, también. Creo que es algo que distrae al escritor y no es buena para su prosa.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).