El pasado 20 de abril, el Rover Perseverance echó a andar el Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment, másconocido como MOXIE, un instrumento que lleva a bordo del tamaño de una tostadora -como dicen todos- y convirtió dióxido de carbono en oxígeno.
La cantidad de oxígeno dorada fue de unos 5 gramos, con los cuales un astronauta podría respirar durante unos 10 minutos. Lo importante no es la cantidad, sino el hecho de que en la bizarra atmósfera de Marte compuesta en un 96% por dióxido de carbono se ha logrado separar las moléculas, con una temperatura de unos 800 grados Celsius.
Llevar desde la Tierra unas 25 toneladas de oxígeno hasta el planeta Marte es una tarea harto difícil. Transportar un convertidor de oxígeno de una tonelada, un descendiente más grande y poderoso de Moxie que podría producir esas 25 toneladas, sería mucho más económico y práctico.
«Este es un primer paso fundamental para convertir el dióxido de carbono en oxígeno en Marte. Moxie tiene más trabajo por hacer, pero los resultados de esta demostración de tecnología son prometedores a medida que avanzamos hacia nuestro objetivo de ver algún día humanos en Marte. El oxígeno no es solo lo que respiramos. El propulsor del cohete depende del oxígeno, y los futuros exploradores dependerán de la producción de propulsor en Marte para hacer el viaje a casa», ha dicho Jim Reuter, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial (STMD).
Se espera que Moxie extraiga oxígeno al menos nueve veces más en el transcurso de un Año marciano (casi dos años en la Tierra).
Notas de las mejores agencias de noticias internacionales.