El Rey Emérito Juan Carlos de Borbón, el hombre que significó la transición y la garantía de la democracia en la España posfranquista, estaría preparando maletas para venirse a vivir a República Dominicana, acosado por investigaciones del dinero de la Fiscalía de Suiza y otras por el Supremo y la Fiscalía de su país.
Lo que parece ser un hecho, lo convertirá en vecino de Casa de Campo, en La Romana, lejos de la presión de un país donde su propio hijo, el Rey Felipe VI de España, le ha retirado una asignación presupuestaria que venía percibiendo.
El Emérito Monarca a los 83 años de edad parecería haber decidido establecerse -se desconoce si para siempre- en una de las villas del sector turístico de más alto standing de República Dominicana, donde según fuentes tienes amistades muy queridas.
El veterano ex jefe de estado español, abdicó a favor de su hijo Felipe en el 2014. Además de convertirse en el garante principal del tránsito a la democracia en la España posfranquista, enfrentó valientemente el intento de golpe de estado de febrero de 1981, y su intervención televisiva en contra de los golpistas consolidó la monarquìa.
Conocido por su famosa frase espetada al finado presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en una Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile el 10 de noviembre del 2007 «¿Por qué no te callas?», ha sido una de las figuras claves de la historia iberoamericana de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI.
Una serie de sucesos le llevaron a estar en el punto actual de que estaría haciendo maletas. Pudiera decirse que el 2011 comenzaron los graves problemas para El Rey, cuando su yerno Iñaki Undargarín fue imputado por negocios oscuros que rozaban al monarca, por los cuales fue aparatado de la realeza y aún guarda prisión. El 14 de abril de 2012, Juan Carlos I sufrió una fractura de cadera durante una cacería de elefantes a la que había sido invitado en Botsuana, lo cual provocó una fuerte repulsa popular y aunque pidió perdón y dijo que no sucedería más, en el 2013 sale a la luz pública una relación suya con la empresaria alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que desencadenó aún más los descalabros de la nobleza ante la opinión pública y puso el ojo en el desvío de fondos del erario. Luego ocurrió su abdicación. Y ahora es investigado.
Según Forbes, se calcula que es dueño de una enorme fortuna que, estimada en, como mínimo, 2.000 millones de euros. Sin embargo, el patrimonio del actual rey emérito es uno de los mayores secretos del Estado español.
Se desconoce cuándo vendrá, si es que viene. La revista Lecturas niega que vaya a venir y dibuja así su situación actual: «Se mueve por Zarzuela como alma en pena en silla de ruedas, aunque estos días está más acompañado, ya que se va reincorporando poco a poco todo el personal de la casa. No habla con su hijo, pero tampoco con esa mujer (la Reina Sofía) con la que se casó sin amor y a la que ha llegado a detestar profundamente… Por su cabeza, nunca ha pasado irse a vivir a ningún país caribeño. Su sueño en estos momentos es volver al mar. Como decía su padre cuando estaba ya ingresado en la clínica de Navarra, a punto de morir: “El mar… añoro el mar”».
Como quiera que sea, el Rey Emérito parece que se ha convertido en un habitante incómodo del segundo piso de la Zarzuela, en cuyo primer piso están las oficinas del Rey Felipe, su hijo. Y de no venir para República Dominicana, es posible que le busquen urgente otro lugar adonde cargar consigo mismo.
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