A principios de esta semana, los científicos anunciaron el descubrimiento de fosfina en Venus, un marcador que puede hablar de posible vida microbiana en las partes superiores de la atmósfera. Ahora, en una sorprendente coincidencia, una nave espacial europea y japonesa está a punto de sobrevolar el planeta podría confirmar el descubrimiento.
La región en la que se encontró el gas fosfina, a unos 50 kilómetros sobre la superficie, se encuentra fuera de las duras condiciones de la superficie de Venus y podría ser un hábitat para microbios en el aire.
Para saberlo con certeza, se necesitaría enviar una misión a la atmósfera de Venus. Varias propuestas están sobre la mesa, una de ellas es una nave espacial de la compañía estadounidense Rocket Lab que podría enviar una sonda a la atmósfera en 2023.
Hasta donde sabemos, la fosfina en la atmósfera de Venus podría haber sido producida por la vida, aunque es posible que también pudiera ser producida por un proceso no biológico desconocido. Sin embargo, antes de que las misiones comiencen a lanzarse a Venus para averiguarlo, los científicos querrán saber con certeza si la fosfina está realmente presente.
Y por suerte, una misión conjunta que comprende dos naves espaciales, una de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la otra de la agencia espacial japonesa (JAXA), está a punto de sobrevolar Venus y eso podría decirnos con certeza qué es lo que hay… Las naves estarían a solo unas pocas semanas de sobrevolar Venus y es posible que puedan realizar las valoraciones necesarias (aunque ese no fue su objetivo inicial) para salir de dudas.
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