Lo peor que le ha pasado al mundo además de la pandemia ya de por sí trágica, es el tener que lidiar con una serie de presidentes de algunos países que se han convertido en ciertos momentos en obstáculos para poder lidiar contra el Covid 19 y su alta tasa de infección con las consabidas muertes y afectaciones económicas.
Ahora ha sido el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, quien anunció este martes que tenía COVID-19 asintomático, pero dijo que ya se había recuperado de él.
«Hoy se encuentran con un hombre que logró sobrevivir al coronavirus en pie. Los médicos llegaron a tal conclusión ayer. Asintomático», dijo Lukashenko durante una reunión con miembros del ejército, según informes de la agencia Reuters replicados por Bussines Insider.
Lukashenko, quien gobierna en Bielorrusia durante ya 25 años y es conocido como el «último dictador» de Europa, ha presionado contra la imposición de restricciones para evitar la propagación de COVID-19 y previamente descartó los temores sobre la pandemia como «psicosis».
El líder bielorruso también sugirió a las personas beber vodka e ir a la sauna para mantenerse saludables y evitar el virus.
Lukashenko ha sido frecuentemente criticado por abusos contra los derechos humanos, particularmente por el acoso a activistas de la sociedad civil y medios independientes. Bielorrusia es también el único país europeo que sigue empleando la pena de muerte.
Se ha enfrentado a protestas masivas este verano después de que encarcelaron a sus rivales políticos y sus principales opositores no pudieron participar en las próximas elecciones presidenciales de Bielorrusia el 9 de agosto. Uno de los opositores, Viktor Babaryko, fue arrestado en junio y permaneció tras las rejas a mediados de julio, según informes de los medios rusos. El otro, Valery Tsepkalo, huyó a Rusia por temor a su libertad.
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