Todos los medios europeos se hacían eco mientras la otra mitad del mundo dormía, de una noticia que se hará realidad durante el dia de hoy a través de la revista científica Nature, gracias a una investigación que involucra a astrónomos de cuatro universidades del mundo.
La noticia tiene que ver con la existencia de gas fosfina en la alta atmósfera (entre 40 y 60 kilómetros de altura) en el planeta Venus. Lo cual no quiere decir necesariamente que haya vida en a superficie del planeta. Solo que el gas fosfina, un gas incoloro, inflamable, que explota a temperatura ambiente y que huele a ajo. Pequeñas cantidades ocurren naturalmente provenientes de la degradación de materia orgánica. Es levemente soluble en agua y es extremadamente venenoso. Su presencia podría indicar -pero no lo es obligatoriamente- que sea como resultado de vida microbiana.
La verdad es que los medios en el mundo ya dicen en titulares a todo meter: «¡Descubren vida en Venus!». Nada que ver.
En la civilización de la incivilización cualquier cosa es hipermultiplicada a partir de un análisis superficial y espectacular de cualquier cosa.
En ciencia las cosas son distintas. De hecho la noticia es que un equipo de astrónomos pertenecientes a la Universidad de Cardiff, la Universidad de Manchester, la Universidad de Cambridge y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), dirigido por la astrónoma Jane Greaves, afirma que se han detectado cantidades significativas de fosfina, gas que por otra parte consideran un marcador biológico concluyente, ya que, según se sabe, solo se puede producir artificialmente en un laboratorio o de manera natural por ciertos tipos de microbios que viven en ambientes libres de oxígeno.
El rastro del gas
Este gas fue observado por el telescopio James Clerk Maxwell, situado en Hawaii y el complejo de radiotelescopios ALMA de Chile, por equipos que no estaban inicialmente conectados entre sí.
Una vez que ambos encontraron señales inequívocas de la presencia de este gas en la atmósfera de Venus, trataron de buscar métodos alternativos para que este gas se produzca de forma natural sin que implique la presencia de vida.
Tras meses de investigación, a pesar de los enormes esfuerzos, no se ha logrado encontrar otra explicación alternativa que pueda explicar la gran cantidad de esta fosfina en la atmósfera del planeta Venus. “Esto significa que se trata de vida, o algún tipo de proceso físico o químico que no esperamos que ocurra en planetas rocoso”, dice el astrobiólogo Janusz Petkowski, coautor del estudio.
“Realmente revisamos todos los procesos posibles que podrían producir fosfina en un planeta rocoso. Si no se trata de vida, entonces nuestra comprensión de los planetas rocosos es muy deficiente”, señala en una nota que ha sido filtrada 24 horas antes de lo debido.
Los soviéticos llegaron a Venus
Es importante saber que Venus fue el primer planeta explorado por una sonda espacial, después de la Luna que es el cuerpo espacial más cercano a la Tierra. Hubo un primer fracaso con la sonda Sputnik 7 lanzada hacia Venus pero que ni siquiera salió de la órbita terrestre. Luego llegó el momento de la Sputnik 8, luego conocida como Venera 1, que debería ser reconocida como la primera nave espacial interplanetaria pues tenía paneles solares, antena parabólica para la telemetría, estabilizadores en tres ejes, motor de corrección de rumbo y el primer lanzamiento desde una órbita de aparcamiento. A una semana de su lanzamiento, estando a dos millones de kilómetros, las transmisiones se interrumpieron; se calcula que pasó a 100.000 kilómetros de Venus entre el 19 y el 20 de mayo de 1961. Se desconoce adónde habrá ido a parar.
Después de múltiples fracasos por parte de Estados Unidos y de la Unión Soviética, finalmente el 1 de marzo de 1966, la sonda soviética Venera 3 se estrelló deliberadamente en Venus, convirtiéndose en la primera nave espacial en alcanzar la superficie de otro planeta.
La cápsula de descenso de la Venera 4 entró en la atmósfera de Venus el 18 de octubre de 1967. Fracasó en su objetivo. Sin embargo la Venera 4 fue la primera sonda en transmitir datos medidos directamente en otro planeta. La cápsula midió temperaturas, presiones, densidades, y realizó once experimentos químicos para analizar la atmósfera. Sus datos mostraban un 95% de dióxido de carbono, y en combinación con los datos de ocultación de la sonda Mariner 5, mostró que la presión en la superficie era mucho mayor de lo previsto (entre 75 y 100 atmósferas). Estos resultados fueron verificados y refinados por las misiones Venera 5 y Venera 6 los días 16 y 17 de mayo de 1969, aunque ninguna de estas misiones alcanzó la superficie mientras aún transmitían. La batería de la Venera 4 se agotó mientras la sonda aún flotaba lentamente en la masiva atmósfera de Venus, y las Venera 5 y 6 se colapsaron por la alta presión a 18 kilómetros sobre la superficie.
Era la época de la Guerra fría y con ella de la competencia entre las dos potencias principales de mundo por adueñarse del espacio extraterrestre era un medidor de poder de super potencia. Era sacar músculos más allá de la Tierra. Echar pulsos.
Lo que se considera el real primer aterrizaje con éxito en Venus lo realizó la sonda Venera 7 el 15 de diciembre de 1970, la cual reveló unas temperaturas en la superficie de entre 457 y 474 grados centígrados. Luego aterrizó la Venera 8 el 22 de julio de 1972. Además de dar datos sobre presión y temperaturas, su fotómetro mostró que las nubes de Venus formaban una capa compacta que terminaba a 35 kilómetros sobre la superficie. Su espectómetro de rayos gamma analizó la composición química de la corteza.
Otra sonda soviética, la Venera 9 entró en la órbita de Venus el 22 de octubre de 1975, convirtiéndose en el primer satélite artificial de Venus, llevaba consigo una batería de cámaras y espectrómetros que mandaron Tierra información sobre la capa de nubes, la ionosfera y la magnetósfera, así como mediciones de radar de la superficie realizadas por radar. También un vehículo de descenso de 660 kilogramos que se separó de la nave principal y aterrizó, obteniendo las primeras imágenes de la superficie y analizando la corteza con un espectrómetro de rayos gamma y un densímetro. Durante el descenso realizó mediciones de presión, temperatura y fotométricas, así como de la densidad de las nubes. Se descubrió que las nubes de Venus formaban tres capas distintas. El 25 de octubre, la Venera 10 realizó una serie similar de experimentos.
Aunque los americanos lanzaron algunas sondas incluso de forma exitosa alguna de ellas, se puede decir que en aquella época Venus era soviética, solo les faltaba enviar una tripulación (lo cual se estuvo preparando) y plantar a bandera roja con la hoz y el martillo.
Una autopista hacia Venus
Por aquellos años habían tantas naves de distinto tamaño camino a Venus como autos en la autopista cara de Las Terrenas. En 1978, las Venera 11 y Venera 12 volaron hasta Venus, dejando caer sus vehículos de descenso el 21 de diciembre y el 25 de diciembre respectivamente. Las sondas de descenso estaban provistas de cámaras en color, así como de unos taladros y analizadores que fallaron. No obstante se hicieron mediciones con espectrómetros y cromatógrafos, y analizadores químicos por fosforescencia de rayos-X que, inesperadamente, descubrieron una proporción alta de cloruros en las nubes, además de los sulfuros. También se detectó cierta actividad eléctrica en forma de chasquidos de radio asociados a la actividad de rayos.
Ya en los 80, los satélites Venera 13 y 14 aterrizaron en Venus el 1 de marzo y el 5 de marzo de 1982, con cámaras en color y taladros que realizaron exitosos análisis de perforación de la superficie. La fluorescencia por rayos-X mostró datos similares a rocas basálticas ricas en potasio.
Algunos meses después, el 10 de octubre de 1983, las Venera 15 y 16 entraron en órbita polar sobre Venus. La Venera 15 analizó y realizó un mapa de la atmósfera superior con un espectrómetro de infrarrojos. Del 11 de noviembre al 10 de julio, ambos satélites hicieron un mapa del tercio norte del planeta con radar de apertura sintética. Estos resultados proporcionaron el primer conocimiento detallado de la geología de la superficie de Venus, incluyendo el descubrimiento de los inusualmente masivos volcanes ocultos como «coronae» y «arachnoids». Venus no tiene evidencias de placas tectónicas, a menos que todo el tercio norte del planeta forme parte de una sola placa.
Naves multidestinos
Nuevos tipos de sondas, las Vega 1 y 2 fueron enviadas por los soviéticos con múltiples destinos y tareas, con vehículos de aterrizaje en Venus, mientras las naves siguieron a encontrarse con el cometa 1P/Halley. Los aterrizadores se posaron en Venus el 11 de junio y el 15 de junio de 1985 respectivamente. Llevaron experimentos enfocados en la composición de los aerosoles en las nubes y su estructura. Cada uno cargaba un espectrómetro de absorción de ultravioletas, analizadores de partículas de aerosol y dispositivos para recolectar material y analizarlo con espectrómetros de masas, cromatógrafos de gases y espectrómetros de fluorescencia por rayos X. Las dos capas superiores de nubes resultaron estar compuestas de gotas de ácido sulfúrico, aunque la capa inferior está compuesta probablemente por una solución de ácido fosfórico. La corteza de Venus fue analizada con un experimento por taladros y espectrómetros de rayos gamma. Los vehículos de aterrizaje no transportaban cámaras, por lo que no existen imágenes de la superficie aportadas por estas naves.
Ambas desplegaron globos aerostáticos que flotaron a unos 53 kilómetros de altitud durante 46 y 60 horas respectivamente, viajando alrededor de un tercio del perímetro del planeta. Estos globos midieron velocidades del viento, temperaturas, presiones y densidad de las nubes. Se descubrió un mayor nivel de turbulencias y convección de lo esperado, incluyendo ocasionales baches con caídas de uno a tres kilómetros de las sondas.
La desaparición de la Unión Soviética y la pérdida de interés en Venus
Este fue el aporte de la Union Soviética al conocimiento del planeta Venus. Con la desaparición de la URSS, se detuvo por parte de ellos las investigaciones directas en Venus, siendo probablemente quienes más llegaron a saber del planeta que hoy sigue despertando curiosidad.
El interés por ese planeta fue decayendo en las décadas siguientes. Ya se sabe, era cuestión de la carrera espacial y del desgaste económico.
Estados Unidos envió la sonda Magallanes que realizó un exitoso mapeo de casi la totalidad de Venus (hasta un 98%) desde la órbita del planeta, recolectando datos geográficos y de otros tipos hasta el 12 de octubre de 1994 en que la Tierra dejó de tener contacto con la nave.
En la segunda mitad de los años 90 del pasado siglo Venus fue sobrevolara por las sondas Galileo y Casini, camino a otros destinos.
En los años 2000 la Agencia Europea envió la Venus Express, que fue lanzada en noviembre de 2005 y finalizó en diciembre de 2014. Los primeros resultados científicos de esta exploración fueron publicados en un número especial de la revista Nature el 29 de noviembre de 2007 mostrando relevantes datos sobre el pasado de la atmósfera de Venus, más rica en agua, el descubrimiento de un vórtice dipolar en la región polar sur y la presencia de relámpagos eléctricos en las nubes de ácido sulfúrico del planeta.
En el 2008 la revista Astronomy and Astrophysics reveló la existencia de átomos del grupo hidroxilo (un átomo de oxígeno y un átomo de hidrógeno (característico de los alcoholes, fenoles y ácidos carboxílicos). Este útil instrumento tecnológico siguió aportando datos interesantes, por ejemplo, en 2011, la existencia de una delgada capa de ozono en la atmósfera superior de Venus. En 2012, la existencia de una capa fría de hielo seco en capas altas de la atmósfera de Venus. En 2013 se supo que los vientos de Venus eran más rápidos de lo pensado hasta entonces, alcanzando los 400 km/h. La nave dejó de existir (después de una vida alargada al máximo) entre enero y febrero del 2015.
La agencia japonesa envió en el 2010 una misión llamada Akatsuki, tras llegar no logró establecerse contacto, hasta diciembre del 2015 iniciando exitosamente sus labores en 2016.
Rusia tiene planificada para 2024 la misión Venera D, que inicialmente lo estaba para el 2013.La NASA tiene en planes la VISE (Venus In Situ Explorer), así como otros países.
Tal vez el anuncio que realizará hoy a través de la revista Nature de la hipótesis de existencia de vida microbiana en la atmósfera alta del planeta Venus, de vida a nuevas exploraciones. Aunque ya se sabe que las condiciones actuales de ese planeta son imposibles para la existencia de vida en su superficie.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).