Pésima imagen ha dejado una vez mas a nivel internacional y un mal sabor a dictadura rancia, el espectáculo de mal gusto, de indecencia, intolerancia e irrespeto, protagonizado por los seguidores del presidente nicaragüense Daniel Ortega al perseguir y repudiar al gran poeta y sacerdote Ernesto Cardenal en las exequias del nonagenario intelectual, fallecido el 1 de marzo del 2020.
El salvajismo y la ignorancia de la turbamulta sandinista contra periodistas independientes y participantes en la misa son una muestra más de la intolerancia del gobierno de Ortega, según reportes desde Managua.
«No pudieron, ni podrán», «Viva el FSLN», «Viva Daniel», «Respeten la bandera», «Respeten los símbolos patrios», gritaban los sandinistas a los disidentes, que respondían con gritos de «Viva Nicaragua libre», «justicia» y «democracia».
“Ernesto Cardenal es cultura, pero era un traidor”, gritó uno en medio de la misa que trataba de ofrecer el cardenal Leopoldo Brenes.
Cardenal, que había sido ministro de Cultura durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), encabezado por Daniel Ortega, se enfrentó con el mandatario y la esposa de éste, la vicepresidenta y aspirante a poeta Rosario Murillo, en los últimos años de su vida, lo cual le costó ser «un perseguido político» del dictador que ha caído en las mismas prácticas del otro dictador que combatieron los sandinistas históricos, Anastasio Somoza Debayle.
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La misa en homenaje al fallecido sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal que se celebraba en la Catedral Metropolitana de Managua enfrentó este martes a sandinistas y a disidentes previo al inicio de la eucaristía, y provocó momentos de tensión, que obligaron a que el Nuncio Apostólico intercediera pidiendo respeto, según informó la agencia Efe.
Los sandinistas, que llegaron desde temprano a la Catedral de Managua ataviados sobre sus cuellos pañoletas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), agitaron banderas y consignas a favor del presidente del país, Daniel Ortega. Los disidentes también entonaron el Himno Nacional y los partidarios de Ortega replicaron con el himno sandinista, lo que provocó la mediación del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, que pidió a ambas partes calma y respeto.
El representante del papa Francisco en Nicaragua animó a las partes a participar con respeto en la misa de cuerpo presente en honor a Cardenal, «porque todos son hijos de Dios».
A la misa acudieron, entre otros, el escritor y ex vicepresidente Sergio Ramírez, la poetisa y escritora Gioconda Belli, el embajador de la Unión Europea en Nicaragua, Pelayo Castro, y la embajadora de España en el país, Mar Fernández-Palacios.
El poeta, que participó en la lucha contra la dictadura de la familia Somoza desde muy joven y fue militante hasta 1995 del FSLN, en el poder desde enero de 2007, sostenía que el Gobierno de Ortega «no es de izquierda, ni sandinista, ni revolucionario, sino simplemente es una dictadura familiar», como la que derrocaron.
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