El Gobierno de Cuba calificó este sábado de exitosa la cumbre del Grupo de los 77 y China, celebrada desde el viernes en La Habana, y aseguró que ha sido una «plataforma para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible» y un «estímulo para la ampliación de la cooperación Sur-Sur»,según un despacho de la agencia EFE.
El director de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Rodolfo Benítez, aseguró en una rueda de prensa al término de la cumbre que la cita ha sido «muy productiva», con «resultados sumamente positivos».
Los 134 miembros del grupo criticaron la «injusta» estructura financiera internacional, las sanciones contra algunos de sus países y «dejaron muy claro que no se van a quedar de brazos cruzados ante esta injusta situación» que limita sus posibilidades de desarrollo.
El presidente Luis Abinader viajó a esa cumbre donde se reunió con el dictador Maduro.
Que se sepa, ninguno de los participantes se refirió ni lejanamente a la situación de miseria y represión que envuelve a la ciudadanía cubana. De la vecina isla ha tenido que emigrar solo en el último cuatrimestre del año pasado más de 370 mil personas, el 90% jóvenes.
Tampoco se refirieron a las dictaduras nicaragüense y venezolana.
Para Cuba, país represor por excelencia, en el cual más de 30 menores de edad cumplen injustas y cruentas condenas, por haber participado en las manifestaciones del 11 de julio del 2021, la organización del evento significa una oxigenación de cuerpo presente.
Lo que es un éxito diplomático para La Habana, que demandó «un enorme reto logístico y económico para la isla, que se encuentra en medio de una profunda crisis multidimensional», significa también mayores sacrificios para un pueblo hambreado y silenciado. Y lógicamente un espaldarazo para las ambiciones de Cuba de ser parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Las redes sociales, se llenan cada vez más de testimonios de personas cuyos derechos humanos le son violados cotidianamente en Cuba. Esto más allá de la gran violación que es la dictadura de por sí, con un presidente que no eligen los cubanos, sino un Consejo de Estado -compuesto por 30 personas, incluido el mismísimo único propuesto al cargo-, que han sido elegidos a su vez por los diputados del Partido Comunista de Cuba.
La comunidad cubana en el exterior -los más de dos millones de exiliados que se encuentran regados por el mundo entero-, ven con asombro el menosprecio de muchos gobiernos, a la democracia y los derechos humanos en Cuba, las dos asignaturas más importantes pendientes en cualquier evaluación sobre el régimen de ese país.
La situación de Cuba es cada vez más deplorable, escudándose siempre en el «Bloqueo Imperialista». Sin embargo, la casta dirigente, sus hijos y nietos, incluyendo sus novias, llevan vidas de multimillonarios y viajan sin problemas por el mundo, incluido Estados Unidos, donde se abastecen de productos de lujo.
Cualquier medida favorable al régimen tiene que pasar antes que todo por el respeto irrestricto del régimen a los derechos humanos de sus ciudadanos, en primerísimo lugar a la democratización de la vida de manera efectiva en la isla de Cuba.
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