SD. No es la primera vez que un hombre o una mujer, sin importar oficio o profesión, se mete en problemas por dar declaraciones sin tiempo a meditar lo que desean expresar, incluso muchos caen en la trampa de los entrevistadores “buena gente” que en el fondo buscan una respuesta controversial que deje de qué hablar y motive el tráfico en sus redes y views en su canal de YouTube.
La inmediatez de la comunicación bajo el esquema preguntas y respuestas es un ejercicio para el cual debemos estar preparados, y que sobre todo no se puede tomar a la ligera, siendo consientes de que no se limita a programas de radio o televisión, sino a entrevistas de trabajo y conversaciones en sentido general. No debemos menospreciar ninguna interrogante y es necesario cuidar cada palabra que justifique nuestra respuesta, estrechando el margen de error o la mala interpretación. En cualquier circunstancia hay que trabajar duro para evitar que su opinión sea sacada de contexto y utilizada en su contra, por eso es importante no hablar por hablar.
Es justamente el lenguaje lo que nos diferencia y nos vuelve humanos, capaces de comunicar nuestra propia realidad. Para conocer personas es necesario hablar, escuchar sus opiniones y transmitirles las nuestras, pero sobre todo debemos hacer uso del intercambio de información.
Sin importar la marca de su ropa, su reloj, zapatos, ni el valor de sus prendas, la palabra será siempre una innegable tarjeta de presentación, toda su personalidad se revela una vez abre la boca y comienza a hablar, es por ello que hay que tener muy claro: ¿Quién soy? ¿Qué deseo proyectar? ¿Qué es lo más importante en esta entrevista o conversación? ¿Qué mensaje quiero dejar?
Tanto la radio como la televisión son patrones de conducta, la imagen que se ofrece a través de ellos debe ser coherente a la personalidad del individuo, y para eso no podemos olvidar que cada palabra expresada en público puede provocar una reacción a favor o en contra y de acuerdo a quien nos escucha, de ahí la importancia de la comunicación neutral y el manejo de la inteligencia emocional.
Y si alguien piensa que causando controversia, dimes y diretes, y despertando una ola de opiniones negativas logra la fama, está cometiendo un grave error.
Primeramente porque una vez que se compromete su imagen es muy difícil volver a reencuadrarla o llevarla al minuto antes en que todo comenzó con una “simple” palabra o afirmación. Es triste ver como grandes figuras han comprometido sus carreras, sus vidas, por una declaración, y todo por lo que trabajaron se desvaneció dejando el mal sabor que provocaron sus últimas palabras.
Antes de abrir la boca medite lo que va a decir, sonría, haga uso de la magia del lenguaje corporal para ganar tiempo. Aprender a hablar utilizando su inteligencia es como el aroma de un buen perfume, no sólo representa sino que deleita a quien lo escucha.
Contenga su lengua, la carrera de la comunicación debe ser ganada por su cerebro.
Bloggero, diseñador web, amante del campo y del café en buena compañía!