Yuri es una artista que canta y cuenta. Me recuerda mucho a mi amigo Anthony Ríos en eso de contar y cantar. Ella, como él, lo usa para establecer conexiones, reírse de sí misma -que es la manera más efectiva de conectar con los demás- y poner al público en su mano a comerse sus canciones.
Fue lo que sucedió en el Teatro Nacional la noche del sábado, en una producción local de Cesar Suárez Jr.
Yuri comenzó con un video bien vanguardista su tour «Tan Cerquita Renovado», que propuso un diseño visual casi siempre atractivo para cada una de las 17 canciones interpretadas, que a su vez conjugó con numerosos cambios de vestuario. Uno y otro son elementos de suma importancia en su espectáculo, junto a la música que hacen los cinco miembros de la banda, sostenida además con música secuenciada.
Salió a escena cantando Hola, acompañada de dos bailarines. En la segunda fila Janina Azar admiraba el diseño de vestuario del espectáculo y aplaudía a su clienta quien cantó de sus primeros tiempos Este amor no se toca y en tercer lugar No puedo más.
“Ahora va algo más milenial”, dijo y salió tras bambalinas mientras los dos bailarines hacían un baile fingídamente afro. Ella salió con un cambio de ropa colorido y tropical y cantó Tan cerquita. Este momento que de milenial no tenía nada, fue de lo más flojo del espectáculo, ya que lo afro es traído por los pelos y no forma parte de ninguna manera de su estilo ni de su realidad cultural. Recordaba más bien aquellas caricaturas de música afro que se realizaban en los music hall de los años 50 en las películas mexicanas o norteamericanas. Sin embargo más tarde sí mostraría elementos de su propia cultura que son recibidos más naturalmente, como por ejemplo cuando cantó con Carlos Rivera, e ilustró con esas coloridas máscaras de la lucha libre tradicional mexicana.
Mientras se cambiaba el vestuario comentó con su sentido del humor sobre la comida dominicana y los sobrepesos. En una gesticulación botó el aparato de batería y emisor del micrófono y mientras se lo cambiaban relató otra anécdota y cantó Amiga. El teatro la coreó.
En la introducción de la próxima dijo una sentencia que deberían enarbolar las mujeres: «que tú mejor escote sea tu cerebro», un epigrama maravilloso contra las mujeres que creen que en la vida lo más importante no es la belleza. Y cantó Déjala. Los asistentes la corearon «Déjala, amor mío déjala». Ovación al final.
“Seguimos en los ochenta” anunció y salió corriendo del escenario. En tanto regresaron los dos bailarines con vestuario de color verde brillante, bailando al ritmo de Mi gente de J. Balvin para cantar Qué te pasa, otro de los éxitos históricos de la artista. Este Qué te pasa fue remasterizado con fragmentos de Mi gente, y esto sí tiene que ver más con un inteligente acercamiento al público nuevo. Algo que parece ser de absoluta preocupación para Yuri.
Al final comenta cómo ha cambiado la forma de enamorar. De Solamente una vez viaja a La Gasolina, de Daddy Yankee como referencia narrativa. Y hasta citó y bailó El Baile del Perrito. Entonces fue cuando propuso Ventana, que fue muy coreada por el público.
“Mi más reciente sencillo”, anunció y se cantó Una mentira más, donde hace dúo con Natalia Jimenez quien hace su parte en video clip. Muchos aplausos.
Seguido obsequió Cuando baja la marea. Y entonces presentó a Janina Azar, aquien dedicó al menos tres o cuatro minutos de homenaje. Alabó su humildad y su talento, bendijo a su familia, que estaba allí también. Y anunció que estaría mostrando más de un vestuario del talento de quien ha vestido a Jennifer López también.
Ya no vives, un dúo con el mexicano Carlos Rivera a través de video, arrancó aplausos, detrás de los cuales interpretó Es el más que yo. Y puso al público a cantar con ella.
Pero el suministro mayor de empatía y conexión fue con su Maldita primavera, de la cual recordó que es una canción italiana adaptada al español para ella.
Luego narró cómo a los 19 años fue nominada a los Grammy por Yo te pido. Y otra vez hizo cantar al teatro “Corazón, corazón yo te pido amor…”
Yuri se tocaba el cabello permanentemente. Esto tiene significados: inseguridad, ansiedad, nerviosismo. Pero realmente no tenía por qué ya que el público llenó casi en su totalidad el aforo y le respondió de maravillas.
La artista, que es veracruzana de nacimiento y que en la actualidad tiene 55 años de edad, agradeció a César Suarez JR por haber reactivado su carrera en República Dominicana y recordó que cuando tenía 16 años vino por primera vez al país de la mano de su padre Cesar Suárez Pizano.
Anunció que en el 2020 saldrá una serie donde va a decir toda la verdad, cuando trató de suicidarse y todo. Habló de la desintegración de la familia por falta de Dios y que por eso hay tantos divorcios. «Llevo 24 años con el mismo (hombre)», dijo, e hizo una alabanza a Dios.
Habló del consejo que le dio un artista a los 14 años: «Nunca pierdas tu humildad, porque vas a ser grande». Ese artista fue José José, a quien hizo un homenaje cantando El triste, donde demostró su firme registro y seguridad en las notas graves, medias y agudas, en un crescendo sostenido. Teatro de pie. Y a gritos de otra, regresó al escenario.
Este fue el gran final del espectáculo. Desde el punto de vista de la narración debió haber incluido los dos temas que dejó de ñapa, dentro del cuerpo central, ellos fueron No tengo dinero, de Juan Gabriel a ritmo de vallenato, que provocó otro cambio de vestuario, y el soporte en video de Carlos Vives; y Batucada, una compilación de varios temas brasileños donde hizo el último cambio de vestuario y los bailarines ejecutaron el baile para que ella saliera vestida en pedrería blanca.
El espectáculo había terminado realmente después de esa espléndida demostración de cualidades vocales de El triste, momento al que había llegado administrando sabiamente sus energías a lo largo del show, bailando pero concordar, sin mucho despatille. Que si en Chayanne el fuerte es el baile con una voz pequeñita pero melódica, en Yuri el canto es su fuerte, aunque el baile es parte intrínseca de su personalidad artística.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).