Así como existe en los Estados Unidos y otros países la Cultura de la cancelación, en República Dominicana existe una peligrosa corriente extremista que se desliza como una siempre en las redes sociales. Se trata de un peligroso virus de igualitarismo que nada tiene que ver con la justicia social, ni con las dolorosas diferencias de clases.
En las redes he visto expresiones de este tipo, que ven mal que a la viuda de Víctor Víctor le hayan otorgado una pensión del Estado de 96 mil pesos. Alguien de esos extremistas de mente reducida escribe: «Maldito país, porqué no reconocen a un simple trabajador que le aporta todos los día a esta nación, este país es muy clasista, estoy seguro que esa señora no tiene necesidad de eso, pero si usted es el cubano que trabaja en televisión lo entiendo por la mentalidad que trae de Cuba», dice un joven que misteriosamente apenas tiene 8 seguidores.
«¿Y era tan mal que estaba económicamente que estaba ese señor Víctor?», había preguntado el joven.
Le he respondido: «Ese «señor Victor» como le llamas dio gloria a este país. No se puede ser mezquino. Los grandes creadores como Víctor Víctor dan reconocimiento y brillo a la nación especial y por eso sobresalen y se merecen ellos y sus familias un trato diferente. Ocurre en el mundo entero».
Una joven, no menos extremista, de esos muy airados que sienten necesidad de derribar estatuas, contesta: «Vivió cómodo, no lo necesitan y si les da la gana no lo aceptan, que es lo que deberían de hacer».
Mi respuesta: «Eso es igualitarismo, no igualdad».
El caso da pie para la reflexión.
Todos los que trabajan y aportan son importantes en la sociedad. Pero no todos hacemos los mismos aportes a la sociedad.
No son los mismos aportes los que hace un simple trabajador, los jóvenes del diálogo en la red o quien suscribe, que los que realiza un destacado científico que hace aportes a la humanidad, un héroe que salva vidas humanas en un suceso extraordinario, un soldado que se inmola para que su nación no caiga en manos del enemigo, un campeón olímpico que hace ondear una bandera nacional con himno del país ante miles de millones de personas, o un artista que crea obras que ayudan a definir la identidad nacional de un país, como es el caso de Víctor Víctor. Definitivamente no son los mismos aportes. Y el estado tiene el poder y el deber de reconocerlos y de proteger sus familias más cercanas.
El igualitarismo es el peor enemigo de la igualdad. La igualdad es que todos tenemos los mismos derechos y deberes ante la sociedad.
El igualitarismo es un vicio de los de corta visión, una filosofía de perdedores. Bajo sus principios se termina convirtiendo a todos muy rápido no en ricos o en personas prósperas, sino en míseros, en pobres, «para que no haya envidia».
Otra cosa son los vicios de la igualdad, esos que impiden que los hijos de los ricos y de los pobres vayan a las mismas escuelas y reciban los mismos conocimientos, que se alimenten bien y que sean atendidos en los mismos hospitales con igual calidad de servicio y puedan cumplirse sus sueños de prosperidad.
Entre el igualitarismo y la igualdad, me quedo con la igualdad.
Firma: el cubano de la televisión con la mentalidad que trajo de Cuba, pero que ha aprendido mucho en República Dominicana, que definitivamente no es un «maldito país».
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).
Yo entiendo que sean protegidos sus familiares más cercanos y que le reconozcan todos sus méritos a quien se lo merece. No me niego a la ayuda de la pensión, algunos dicen que no la necesitaba otros que si. Nadie sabe su realidad. Lo que verdaderamente la encuentro es alta, no es que quiero que le den tres pesos que sería una vergüenza para humillar su vida y su trabajo, ni por que a Juan se la dieron y a pedro no, tampoco por que como dicen que hay gente que tiene 50 años trabajando de enfermero, médico, maestro y Víctor lo que se la pasaba cantando y viajando. No es eso. Estoy de acuerdo contigo que no todos hacen el mismo trabajo ni representan la patria igual. Pero me sorprendió. tal vez hay cosas que desconozco en ese caso.
Sin desperdicio querido compueblano del mundo.