SD. En la inauguración de la Feria Internacional del Libro dedicada a la gastronomía, el ministro de Cultura Pedro Vergés le hizo un bonito reconocimiento a José Rafael Lantigua y sobre todo a José Antonio Rodríguez, los dos ministros que le precedieron.
Aprovechó que el presidente Danilo Medina estaba presente para ufanarse de semejante reconocimiento a sus dos colegas de cartera. ¡Eso es ser bueno!
Sucede que en el discurso de inauguración de la feria, el creador de la novela Solo cenizas hallarás, dio la cifra de que en la feria del 2015 se habían gastado 150 millones de pesos y que por su parte su cartera, había bajado esa cantidad en esta ocasión a solo 80 millones.
Y tiene razón. El ministro no erró. Ni mintió. Hay que reconocerlo. Y seguramente el poeta y el cantautor deben estar eufóricos y muy agradecidos por semejante reconocimiento. Vamos, que no todos son capaces de caer como manzanas a los pies amigos, como decía el poeta Serguei Esenin.
Valga saber que el gobierno siempre ha entregado a la Feria Internacional del Libro, desde que estaba José Rafael Lantigua solamente 80 millones de pesos. El resto, como ocurrió en el año 2015, o sea 70 millones más según él mismo citó, fueron aportados por el sector privado y los planes de recaudación que hacían, para la celebración del que era el evento cultural más importante del país, y la vitrina de todos los logros del sistema cultural.
Hay que recordar que en aquellos tiempos, digo desde los tiempos de Lantigua, venía al país algún Premio Nobel, o algún Premio Cervantes o Premio Príncipe de Asturias o Planeta, entre otros laureados. La feria siempre tenía como invitados algunos de los más importantes escritores de Hispanoamérica, y era fácil encontrarse en el ir y venir a Ernesto Cardenal o a Carlos Fuentes, a Derek Walcott o Mario Vargas Llosa, Ana María Matute si mal no recuerdo, Claribel Alegría, Mayra Montero o Leonardo Padura, también el fotógrafo de los escritores, Daniel Mordzsinki, o cantautores como Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Liuba María Hevia, Carlos Varela, o Luis Enrique Mejía Godoy, por solo mencionar algunos, cosa ausente de esta edición actual, quizás por el afán de ahorrar.
Además, había espacio para las distintas manifestaciones del arte y la cultura dominicana.
Para muchos la feria era un fastidio, pero no para los artistas que tenían durante esos días la posibilidad de presentarse ante el público no habitual, confrontar con creadores y artistas llegados desde otros países, etc. Y sí eran cientos de actividades de toda índole. Opciones para todos.
Había ese sabor a lo bohemio y mágico que casi siempre acompaña a la buena literatura y al buen arte. Conciertos en el Café Bar donde Freddy Ginebra trasladaba la Casa de Teatro y sus seguidores, así como encuentros del púbico con los rostros que veía en las películas, y hasta shows de humor, conciertos de grupos musicales de distinta naturaleza, sobre todo de esos que es difícil ver durante el año. Es verdad que todo eso había y que el libro muchas veces se perdía en aquel maremagnum. Para algunos se ha ido al otro extremo.
De quedarse solo en los 80 millones de pesos que da el gobierno para la realización de la feria, no estaría ahorrando nada. Que por la poca cantidad de actividades, la falta de invitados de renombre, etc., puede que le vaya sobrando algunos milloncitos y tenga que devolverlos, entonces sí estaríamos hablando de que esta cartera ahorró en la feria; cosa que en el ámbito de los servicios culturales no siempre es bueno, es más casi siempre es nocivo, porque atenta contra la calidad de estos.
De manera que en la inauguración de este evento que ya no es el más importante del año en la Cultura, que iba a estar dedicado exclusivamente al libro y que luego se cambió para la gastronomía, el ministro Pedro Vergés le hizo, quizás sin quererlo, un reconocimiento a sus dos predecesores en el cargo, reconociendo las capacidades de recaudación de aquellos. ¡Eso es ser grande!
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).