Alejandro Fernández dejó al público exultante tras un concierto que llenó de alquimia, donde convirtió la música en amalgama de seres humanos de distintas edades, razas, credos, gustos y naciones.
Los dominicanos, hartos de los vaivenes de la política, se dejaron llevar por el golpe de mar de la gira Rompiendo fronteras, con la que el Potrillo arrasó en una noche memorable.
Probablemente este haya sido el mejor concierto de un artista extranjero al menos en el último quinquenio, después del que brindara como parte del Festival Presidente, el artista norteamericano Bruno Mars en el 2014. Sobre todo porque se mostró un artista respetuoso del público, en plena madurez, con la voz intacta, interesado de manera profundamente sincera, en dejar una huella.
Todo comenzó con imágenes doradas a propósito del artista vestido de mariachi. Luego en la pantalla led central del escenario del Salón Filmore, en el Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana, uno y otro golpes de mar, y otro y aún otro más, mientras suena el oppening con el tema En lo correcto.
Salió entonces a escena con una camisa color naranja de piel de cocodrilo o imitación y un pantalón negro también de cuero y desde atrás de bambalinas seguía el ritmo con la cabeza.
Canta Estuve de Joan Sebastian, y desde ya provoca gritos y la banda le respalda con excelente calidad sonora, sobre todo con los metales, y las cuerdas.
Pone la segunda con Pude, «pero a mi no me gustan la mentiras…», un arreglo con aires de ¿country? Luego hizo dos temas pegaditos: Si tú supieras y No se olvidar, que fueron cantadas. El puente fue un breve solo de trompeta.
Dijo sentirse contento de estar «en mi isla República Dominicana que siempre llevo en mi corazón… Siempre he presumido que Santo Domingo fue el primer país que me abrió los brazos internacionalmente…», expresó antes de seguir el concierto cantando Me hace tanto bien. Las coristas, hacen a veces el mismo tipo de pasos que las de Julio Iglesias. Y nunca paran de bailar y a veces de cantar.
La primera canción doble le permitió pegar «Qué voy a hacer», acompañado de los coros del público y Que lástima. Después cantó Quiero que vuelvas. Después Hoy tengo ganas de ti, que provocó al coro y un bonito solo de trompeta bien ejecutado.
Los metales salen al frente y el coro es mucho mayor para acompañarlo en Canta corazón y una guitarra prima que dibuja arabescos y el coro «te lo dije cantando ay, te lo dije de frente…», luego las coristas bajan a proscenio.
Se va a oscuro y agradece. «Muchas gracias Punta Cana», dice. Toma una banqueta en Te voy a perder (otra vez el público le hace coro); al final deja la banqueta en Se me va la voz;.
Pasó a la intimidad y haló la banqueta roja para cantar de Manzanero Como yo te amé. El tema lo cantó alguna vez en Bellas Artes de México en un homenaje a Armando Manzanero. Siguió con una canción de su disco anterior Inocente.
Luego, bajó a proscenio el guitarrista y estuvo cerca de él para Me dediqué a perderte, donde el fiscorn puso acentos. Se movió más con el coro abajo en Sé que te duele, que comienza con bongós rumberos.
Ya a estas alturas la camisa anaranjada de cuero de cocodrilo o imitación, está evidentemente bastante sudada.
Ahora llega el momento de la transición, cuando sale de escena se queda la banda con solos de guitarra y trompetas y entonces ocurre lo inesperado: sale a escena un mariachi que provoca la algarabía. Huapango. y un popurrí de rancheras mexicanas Guadalajara, y si bien sale vestido de mariachi, su voz está nueva y robusta con la que también canta Jalisco no te rajes y Mexico lindo.
Si el público ante había aplaudido, pues ahora más.
Siguió cantando con Mátalas y dos canciones pegadas: Loco y Si he sabido. Ovación y agradece. Es cuando presenta su nuevo éxito: Caballero. La canción que apenas tiene una semana fue ovacionada.
Que digan misa, luego Ella (me cansé de rogarle, me cansé de decirle…) un clásico en la voz de Pedro Infante; y Es la mujer, fueron las tres canciones rancheras que cantó a continuación.
Nube viajera, Tantita pena, movida y llena de color que mereció otra ovación y que ya supo a despedida, con el público de pie. Y dijo que iba a cantar la más importante de su carrera musical. Esta no quiero que la canten, esta quiero que la griten: Estrella. El público a sus pies le coreó parte de la canción a capella. Y terminó de cantar con la voz en plena forma.
Alejandro Fernández es un artista en plena madurez de voz y es el momento más definitivo de su carrera. Apoteósis. Pidieron otra y otra dando en el piso, y con los celulares encendidos. Hasta que salió diciendo «Gracias Punta Cana» y expresó que había llegado el momento de cantar las canciones de su maestro y confidente, su padre Vicente Fernández.
Las llaves de mi alma, fue el primero de los éxitos paternos. Por tu Maldito amor. Me voy a quitar de en medio, Para siempre, Hermoso cariño. Y remató con Estos celos. Aunque a mi lado ya no estás. Preguntó si ya, y la gente respondió que no. Asi que continuó con De que manera te olvido.
“Ya me iba pero no puedo dejar irme sin antes pedir un aplauso para el maestro que se nos fue el señor José José. Fue una gran inspiración en mi infancia y en mi carrera”, dijo e interpretó Vuelve a mi, del repertorio del Príncipe de la Canción. Y se cantó otra más de José José: Vamos a darnos tiempo. Al final gritó «Viva José José!».
“Con está nos despedimos. Gracias. Si no se la saben Pa que se la aprendan». Se llama Hay que darle gusto al gusto. Luego hizo y a larga reverencia y dio las gracias. Pidió un fuerte aplauso para todos sus músicos. Nos vemos… el siguiente año!”. Beso la bandera mexicana. Ya se iba y regresó para aclarar: “Que me faltó una bandera, la dominicana”, volvió a realizar reverencias. Aplaudió a sus músicas y por fin salió del escenario.
Dos horas y media de espectáculo, y al menos 32 canciones después, el público y la crítica coincidieron en señalar que este ha sido uno de los mejores conciertos de los últimos años. Sigo pensando que es el mejor del quinquenio. Gracias Saymond Díaz y Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana. ¡Felicidades!
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).