Conozco de los grandes esfuerzos que significan hacer un evento como Got Talents Dominicana. Sé que aparte de lo que cuesta obtener la franquicia y que salga como los dueños de la misma requiere, se necesita un poder de convocatoria y organizativo como pocos eventos se han hecho en el país.
Personas de muchos rincones de República Dominicana tienen en este espacio de la televisión su tabla de salvación. El clavo del cual tratan de agarrarse para sacar la cabeza, darse a conocer y exponer su pasión. Que en vez de Got Talents debería llamarse Got Passion.
Me gusta ver tantos talentos concentrados, en este espacio televisivo, y que no cuentan con un sistema de promoción a través de casas de culturas que bien deberían existir en cada municipio y ser parte esencial de la política cultural de cualquier gobierno. Y no quiero regalarles herramientas a ninguno de los precandidatos a presidentes, que hasta ahora ninguno ha dicho ni esta boca es mía sobre política cultural… porque esa es la última carta de la baraja para casi todos.
Así las cosas, el público dominicano ya espera los miércoles, en Color Visión, desde las 8:00 de la noche. Y yo cada vez que puedo, lo veo. Si no, lo trato de ver por YouTube. Observo una realización generalmente limpia, prístina, bien iluminada, con buen ritmo, buena musicalización, excelentes vestuarios, maquillajes y peinados, que todo eso forma parte del show televisivo. Aunque resulta contradictorio que en un solo programa casi en cada nuevo participante exista un nuevo vestuario en los jueces. Eso es por culpa de diez días de grabación y el necesario equilibrio de distintos tipos de actos, lo cual es exigido por el formato.
En ocasiones el exceso de entusiasmo cunde entre los jueces, y es posible que esto fuera así debido a que esa primera etapa o ronda, era un albur, aún no se conocían los verdaderos talentos de las decenas por no decir cientos de personas que acudieron al llamado. Haría falta pues, más comedimiento por parte de los jueces. Hubiese sido bueno ver más participantes que no tuvieron la suerte de ser escogidos.
Me entusiasma el trabajo de búsqueda y los logros encontrando verdaderos diamantes, y otras joyas.
Aunque hay quienes piensan que esos no debían ser los jueces para una labor así, la labor de los jueces no es fácil. Por ejemplo tienen cada uno la posibilidad de otorgar un botón dorado que lleva automáticamente al concursante a la semifinal. ese botón dorado se otorga porque sale del corazón, es por el click que hace el jurado con el concursante. Pero sucede que el jurado está ciego, no conoce lo que va a ver. No sabe que más adelante puede existir una concursante como Delhis. Y no tiene derecho a una vez entregado, retirar ese botón dorado para dárselo a otro que sea mejor. De ahí que algunos piensen que cómo le van a dar a un grupo de música urbana un botón dorado y van a dejar fuera de ese derecho a la mejor voz que ha pasado hasta ahora.
Admiro infinitamente y tengo amistad con casi todos los jueces, sin embargo, por el bien del programa quiero exponer honestamente -como siempre hago- mi punto de vista.
El jurado es flojo en exigencias y demasiado dado al aplauso y el deslumbramiento fácil.
Esta mañana acabo de ver el video de la presentación de Aura Estrella que por momentos, sobre todo a partir del minuto 4:06 en adelante, durante algunos segundos, desentonaba, y gritaba y gritaba y gritaba, y eso… deslumbró al jurado. Y ninguno le hizo la observación. Y es verdad que, aparte de eso, Aura Estrella tiene potencial para ser una gran estrella.
Fue excelente lo que presentó Da Republik Jr. Pero ¿por qué no se le exigió a Feedback Band cantar un tema en español?
Quizás lo mejor que he visto de todo lo que ha pasado por Dominicana Got Talents ha sido Delhis, una soprano ligera, dueña de una voz de gran claridad, nitidez y agilidad que podría permitirle lograr sin mucha dificultad notas en picadas, en el registro más agudo de su voz, entre otros ornamentos.
¿Podrá José Luis mostrar un acto acrobático de mayor riesgo que el que mostró, con una prótesis? Kiara la Barbie mas desafinada no pudo ser, debieron ser cuatro no.
¿El Haylon, El Shífu, será capaz de qué más, además de armar un cubo Rubik con los ojos vendados en 1:36 minutos? Después lo hará con los pies, con las pestañas, debajo del agua, en fin. ¡Al fin Waddys dio un no!
¿Qué más hará Johnatan después de su show de Drag Queen tropical?
Es necesario en aras de ganar en credibilidad, mayor contención en los miembros del jurado, menos entusiasmo revolucionario, menos ponerse de pie como simples fans, y más criterio duro. Son un jurado de buena gente, que les da demasiada vergüenza decirle que no a un concursante, o tocarle el timbre, y si no, miren a Halizandra con el mundo está al revés. Que le dijeron que no, pero con el alma en la mano.
Falta gente crítica en el jurado, gente de mano dura, que el público le coja odio, y que los concursantes le cojan miedo, pero que salven la esencia de Got Talents. Yo propondría alguien como Joseph Cáceres para crear contrapeso en ese jurado. Waddys, que se supone sea el malo de la película, es demasiado suave, es como debería ser el resto de los jurados, porque mis queridas Nashla y la Diva son un bizcocho pero con almíbar. Y Raymond es más dado que un suspiro en la puerta de un colegio.
Creo en Dominicana Got Talents y en sus productores y en su esfuerzo. Queridos miembros del jurado, ¡mano dura!
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).
[…] más como estimuladores que como evaluadores técnicos y, tal cual señala en su enfoque que en Nota Clave hace Alfonso Quiñones, adolecen de dos ausencias: un cronista de arte popular fuerte, conocedor y de experiencia (un […]